sábado, 1 de abril de 2006

Jueves a la mañana (2006)

"Conocerse a uno mismo"

Bienvenido a tu primer desierto, quizás el primero de tu vida. Como escuchaste hace un ratito, este es un momento en que nos tenemos que quedar en silencio, solos, y concentrados. Busca un lugar alejado, solitario y cómodo. Es en el silencio cuando habla tu corazón, cuando Jesús puede hacerse escuchar desde lo profundo de tu ser.

Nooooo!!!!!!!!! Tu cuarto no! Se que una siestita es muy tentadora, pero no. Busca un lugar cómodo, pero no tanto. Trata de ponerte en una postura en la que no te quedes dormido/a.

Vamos a intentar, entre los dos, que te encuentres con una persona con la que compartís todo, de la que no te despegas ni un minuto de tu vida. Adivina quien es………….. No, no es Jesús, aunque podría haber sido, pero no, seguí pensando…………………..Siii!!! Muy bien!!!! Vamos a tratar de que te encuentres con vos mismo.

Todos tenemos la costumbre de inventar personajes para los demás, para caer bien, para sentirnos aceptados, para no quedarnos afuera, para ser iguales a los demás. Hay que tener cuidado de no ser distintos, por las dudas que a los demás no les guste. Lo peor es cuando nos inventamos personajes a nosotros mismos, porque son mucho más creíbles.

Ser uno mismo es muy difícil, exige sacrificios, coraje, vitalidad, y nos termina haciendo (perdón por la palabra) AUTENTICOS. Eso nos interroga, nos hace buscar y después de un tiempo, encontrar. Y eso, aunque es un poco tedioso, esta re bueno, porque nos hace reforzar nuestras convicciones, salir de la búsqueda mas fuertes.
Ahora la pregunta que te va a aparecer en la cabeza, si es que estamos caminando para el mismo lado, debe de ser algo parecido a esto: "Buenisimo, quiero ser yo mismo, pero…….. (Tormenta de CHANES) ¿Qué es ser uno mismo?".

Yo no tengo ninguna respuesta para vos, es mas, no se si soy yo mismo todavía, u otro que me invente para sentirme bien, pero si te puedo decir que para ser nosotros mismos tenemos que conocernos. Hay que aprender a conocerse.

Ahora contesta estas pregustas, si usas un lápiz y un papel mejor. Tomate un ratito para cada una, rezalas, pensalas, dale unos minutos a cada una: Advertencia: esto no es un artículo de autoconocimiento de "Cosmopolitan", ni una encuesta de revista del domingo "10 puntos para saber quienes somos", y mucho menos un examen. No, nada más lejos de eso.

¿Me pongo excusas para escaparme de mí mismo?
¿Me gusta o me disgusta como soy?
¿Me interesa conocerme? (se sincero con vos mismo)

Para aprender a conocerse no hay mejor escuela que la vida misma. Ella nos enseña, en nuestras decisiones, en las respuestas que damos, en como nos comportamos ante ciertas situaciones. Pero para descubrir todo eso tenemos que sentarnos y pensar en esas cosas, tomarnos un tiempo para pensar en nosotros, y en como somos. Así que dejemos de preocuparnos por como nos queda esta remera con este pantalón, como tengo el pelo, o por todos los problemas que dejamos afuera del La Salle y pongámonos a pensar (animo, se que podemos lograrlo).

Acá van algunas otras preguntas, misma consigna, y misma advertencia que para las anteriores:
- ¿Pienso, Reflexiono antes de actuar, u obro por impulso?
- ¿Cuáles son mis principales defectos, mis manías, mis caprichos?
- ¿Cuáles son mis cualidades? ¿Mis gustos? ¿Qué disfruto, y qué me causa placer?
- ¿Cuál es mi ideal de vida?
- ¿Qué es lo que más aprecio en los amigos? ¿Quiénes son mis mejores amigos?
- ¿Cuál es mi escala de valores?
- ¿Qué es lo que más detesto?
- ¿Cuáles son los 3 acontecimientos más felices de mi vida? ¿Y los tres más tristes?
- ¿Cómo estoy en mi relación con Dios?
-¿Soy feliz?

Te preguntaras "¿que tiene que ver mi verdadero "yo mismo" con Dios? Pero si tiene que ver, y mucho. En el lugar mas intimo de mi corazón, ahí donde puedo descubrir quien soy, ahí me esta esperando Dios. Con los ojos llenos de amor, como los de un padre que ve a su hijo recién nacido. Es que Dios habita en lo más intimo de nuestro corazón, esta siempre ahí, junto a nosotros (a nuestro verdadero "yo", nuestro "yo mismo"). Pero si no nos vemos a nosotros mismos, como lo vamos a ver a Él. Fuimos creados a su imagen y semejanza, es obvio que nuestro "yo" más real se va a parecer en algo a Él.

Dios nos conoce más que nosotros mismos, y a eso no hay vuelta que darle. Por eso para descubrirnos, es elemental que lo descubramos a Él. Conociéndonos lo re-conocemos a Él, como guía, como ayuda, como sustento, como consejo y como descanso, como principio y fin de nuestra vida.

Para terminar, te propongo que recemos juntos con el Salmo 139, y pidámosle a Dios, quien mas nos conoce, que nos ayude a conocernos.

Señor, tú me sondeas y me conoces
2 tú sabes si me siento o me levanto;
de lejos percibes lo que pienso,
3 te das cuenta si camino o si descanso,
y todos mis pasos te son familiares.

4 Antes que la palabra esté en mi lengua,
tú, Señor, la conoces plenamente;
5 me rodeas por detrás y por delante
y tienes puesta tu mano sobre mí;
6 una ciencia tan admirable me sobrepasa:
es tan alta que no puedo alcanzarla.
7 ¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu?
¿A dónde huiré de tu presencia?

8 Si subo al cielo, allí estás tú;
si me tiendo en el Abismo, estás presente.
9 Si tomara las alas de la aurora
y fuera a habitar en los confines del mar,
10 también allí me llevaría tu mano
y me sostendría tu derecha.

11 Si dijera: «¡Que me cubran las tinieblas
y la luz sea como la noche a mi alrededor!»,
12 las tinieblas no serían oscuras para ti
y la noche será clara como el día.

13 Tú creaste mis entrañas,
me plasmaste en el seno de mi madre:
14 te doy gracias porque fui formado
de manera tan admirable.
¡Qué maravillosas son tus obras!
Tú conocías hasta el fondo de mi alma
15 y nada de mi ser se te ocultaba,
cuando yo era formado en lo secreto,
cuando era tejido en lo profundo de la tierra.

16 Tus ojos ya veían mis acciones,
todas ellas estaban en tu Libro;
mis días estaban escritos y señalados,
antes que uno solo de ellos existiera.
17 ¡Qué difíciles son para mí tus designios!
¡Y qué inmenso, Dios mío, es el conjunto de ellos!

18 Si me pongo a contarlos,
son más que la arena;
y si terminara de hacerlo,
aún entonces seguiría a tu lado.

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