jueves, 21 de abril de 2011

Jueves a la mañana (2011)

¡HOLA! ¡Bienvenido! ¿Cómo estás? ¡Qué gusto me da verte acá en Pascua Joven! Espero que lo estés disfrutando tanto como yo… ¡Uh! Perdón, no me presenté… Yo soy un DESIERTO, pero no cualquiera: soy TU desierto y estoy acá para vos, ayudándote en lo que necesites para conocerte un poco más. Vos sabes que Jesús se iba muy seguido al desierto, a un lugar tranquilo, sin distracción alguna que lo interrumpa del diálogo y encuentro con su Padre Dios. Porque como a vos y como a mí, a Jesús le gustaba mucho estar con amigos, juntarse a charlar, compartir las cosas que iban sucediendo y las anécdotas de los viajes. Pero también buscaba un tiempo para estar solo y pensar un rato en todo lo que estaba viviendo. Por eso me pone muy contento que hayas venido conmigo para poder encontrarte un rato a solas con Dios que es tu padre. Él, que siempre te está acompañando en las buenas como en las malas, quiere que sepas que está presente para escucharte y hablarte… para esto, lo más importante es que te animes a dejarlo entrar y que le hables desde el corazón.

Por eso te propongo que, para hacerlo, busques el lugar más tranquilo y cómodo que encuentres, en el que haya menos ruido, menos gente… el lugar más armonioso y calmo… en definitiva, buscá el lugar que te dé más PAZ.

Listo, ahora sólo queda ponerte cómodo, relajarte y respirar profundo. Si querés podés descansar la vista mirando al cielo o cerrando los ojos (¡ojo, no te duermas!). Olvidate de tu alrededor y acordate otra vez de vos. Imaginate que estás en un desierto de verdad… sólo... Sentí el viento soplar y abrazarte, la arena que te descansa, el sol que te regala la luz y te abriga del frío...

Te invito ahora a que te pongas en presencia de Dios haciendo la señal de la cruz -de esta manera nos hacemos conscientes de que Él está en este lugar y momento con nosotros, acompañándonos como Padre misericordioso, como Hijo salvador y como Espíritu Santo, que es el amor entre Dios y Jesús-. En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén.

Bien, empecemos a caminar este desierto. (Lee lento, pausado, saboreá las palabras, nadie te corre)

Lo primero es buscarse: buscate a vos -al verdadero vos-. No el que todos dicen o piensan que sos. Aunque muchas veces sea fácil confundir la imagen que damos a los demás con la persona que realmente vive, siente y crece dentro nuestro. Cuesta menos caer en el error de mirarse a uno mismo con la mirada colectiva de las personas que me rodean, que mirarse uno mismo con los ojos misericordiosos de Jesús, que lo hacen sin juzgar ni etiquetar, sino simplemente ven la realidad, ven a la persona que es hija de Dios y que tiene virtudes y defectos. Jesús te ve, te conoce y te ama.

“No se puede AMAR lo que no se CONOCE”.

No se si alguna vez escuchaste esta frase, pero creo que tiene mucho que ver con lo que venimos hablando. Así como Jesús nos conoce y nos ama por lo que somos, nosotros también tenemos que conocernos valorarnos y amarnos por lo que somos.


Vos… ¿Te conoces? ¿Sabes quién es esa persona a quien Dios ama tanto?

Me llamo………………………………………….. y mis amig@s me dicen………………...

Tengo…………….. años y cumplo el………………

Mis hobbies son……………………………………………………………………………………….

Lo que no me gusta hacer es ………………………...………………………………………….

Mi plato preferido es…………………………............……………………………………………

Cuando sea grande quiero ser……………………….…………………………………………..

Mi canción preferida es………….………………….. porque……..…………………………..

Para mí…………………………….....…………………………….. son ejemplos de persona

Tengo miedo a……………………………………….………………………………………………..

Lo que mejor me sale hacer es…………………………………………………………………..

En esta etapa de mi vida necesito………………………………………………………………

Me encanta el guaymallen de…………………………..................................................

Lo que cualquier persona debe saber de mí antes de conocerme es que…………

………………………………………………………...................................................................

Para que alguien me caiga bien tiene que ser………....…………………………………..

Cuando estoy enojad@ siempre………………………………………………………………..

Los lugares que me dan tranquilidad y me relajan son………………………............

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La gente que me conoce sabe que soy una persona……………………………………..

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Mis mejores amig@s son……………………………..…………………………………………..


Me imagino que durante toda tu vida siempre hubo alguien al lado tuyo acompañándote. Desde que eras bebé y te cuidaban, jugaban con vos, te enseñaban y te mostraban las cosas que estaban bien y las que estaban mal. Seguramente sean las personas que más viste y más estuvieron junto a vos, aunque tal vez en estos años de tu vida en los que te empezás a independizar más y más, los veas cada vez menos. Es tu familia la que nunca te va a dejar solo y te quiere, ¿sabes por qué?... ¡Adivinaste! Porque TE CONOCE desde hace mucho tiempo. Con ellos compartiste varios de los momentos más importantes de tu vida: cumpleaños, viajes, festejos y quizás momentos no tan lindos pero que pudiste sobrellevar porque ellos estaban ahí, con vos.

Mi familia está compuesta por…………………….....………………………………………..

Lo que la caracteriza es que………………………….…………………………………………

Creciendo con ella aprendí a……………………………………………………………………

Con el que mejor me llevo es con……………………porque……………………………..

Me gustaría llevarme mejor con………………………................................................

Casi siempre en casa el ambiente es………………….……………………………….......

porque………………………………………………………………………….............................

Ahora que ya pensaste en todas estas cosas que te caracterizan tanto, podés agradecerle a Dios por ser así: una persona única, irrepetible, con cosas buenas y que podrían ser mejores, pero hecha a imagen y semejanza de Él. ¿Qué loco, no? No hay nadie más en el mundo que sea como vos. No existe nadie que pueda ocupar tu lugar ni que pueda hacer las cosas que Dios tiene pensado para vos.

Hace un ratito nomás, en la representación, Jesús te invitó a que en este retiro dejes de correr… que te olvides de la rutina de la semana, del “hacer, hacer y hacer” y en estos cuatro días de Semana Santa puedas descansar en Él para también aprender a hacerlo durante toda tu vida. A veces nos parece que el año se pasa volando y es porque no disfrutamos de cada momento que se nos regala. Vivimos en una SOCIEDAD que cada vez se mueve más rápido y que nos impulsa a no frenar, a no asombrarse por lo bueno sino por lo nuevo y llamativo. Es en esta sociedad de hoy, la que nos rodea y nos incluye, NUESTRA SOCIEDAD, donde Dios te quiere feliz y te necesita como instrumento suyo para mostrarlo a los demás.

Estaría bueno preguntarnos si somos concientes de esto.

¿Te preocupás por la gente que vive al lado tuyo, tus vecinos, el del local de la esquina, por los chicos que piden comida en la calle?

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¿Hacés cosas para mejorar el ambiente del lugar en el cual vivís? ¿Qué otras cosas podrías hacer?

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¿Qué actitudes mías y de las personas que conozco no ayudan a formar una sociedad más unida y solidaria?

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¿Buscás a veces el encuentro con las personas que son distintas a vos o siempre tenés una excusa para esquivarlos y esconderte?

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¿Soy conciente de que Dios me necesita para hacer felices a los demás -no sólo mostrándolo a los que me rodean, en mi círculo más cercano, sino también yendo al encuentro de los pobres, los ancianos y los más necesitados-?

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¿Qué lugar ocupo en esta sociedad y cuál es mi rol? ¿Qué espera la sociedad de mí?

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Por último te invito a que vuelvas a leer todas las cosas que escribiste y que des gracias a Dios por cada una de ellas porque son parte de vos, de tu familia, tu sociedad… SON TU VIDA.

Te propongo que en estos días te dejes asombrar por lo simple, lo de todos los días: por el abrazo de un amigo y el de una persona que acabas de conocer; por las sonrisas que te contagian y te alegran el día; por el silencio, que te cuenta lo que en palabras no se puede decir.

Y para terminar te dejo unas palabras que espero guardes y te ayuden a ser la persona que vos querés ser, la mejor versión de vos mismo.

“Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras.

Cuida tus palabras porque se volverán actos.

Cuida tus actos porque se volverán costumbres.

Cuida tus costumbres porque forjaran tu carácter.

Cuida tu carácter porque formará tu destino

Y tu destino será tu VIDA”.

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