sábado, 5 de abril de 2008

Sábado a la mañana (2008)

¡Buen día! ¿Cómo estás viviendo la Pascua Joven? ¿Muchas emociones, no? Anoche acompañaste a Jesús en su pasión, en su sepulcro… Hoy acabas de escuchar un testimonio…quizás te quedaste pensando en alguna frase de las que dijo el charlista…


Sé que estás viviendo días intensos, de muchas emociones…quizás en tu cabeza hay mil cosas dando vuelta a mil por segundo…tranquilo! A todos nos pasa…y ¡Qué bueno que pase, ¿no?! Asique te voy a invitar ahora a que vivamos otro momento intenso, pero tranquilo…vamos a pensar en algunas cosas interesantes, que quizás te sirvan mucho!


¿Estás listo? ¿Está tu cuerpo relajado?¿Estás acá?...buenísimo, entonces empecemos!!


Después de que murió Jesús, los discípulos estaban devastados, muy, muy tristes…caminaban hacia Emaús con paso lento, sin ánimo…se había muerto su amigo, su maestro…lo habían matado injustamente y de la forma más cruel…Y ellos seguían vivos, pero se sentían sin vida…Quizás les pasaba como a nosotros, cuando nuestros proyectos se arruinan o no se dan; que cuando eso que nos hace sentir vivo ya no está, nuestro cuerpo se vuelve muy pesado, nos cuesta levantarnos de la cama y los días se hacen eternos…


¿Alguna vez te pasó algo así? ¿Alguna vez deseaste mucho algo que no se dio? ¿O tenías toda tu energía puesta en algo y al ver que eso no iba bien o no llegaba nunca, te desanimaste? ¿O quizás había algo en tu vida que te hacía sentir vivo y ese algo un día dejó de estar?


Pensá y describí algún momento en tu vida en el que te haya pasado algo así… (Es importante que sea algo que ya pasó, que ya no te duele tanto como antes y hasta quizás ya pudiste superar)


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¿Te acordás como te sentías? Tratá de volver a esa situación, de recordar tus sentimientos…Cerrá los ojos, pensá bien y tratá de describir cada uno de esos sentimientos…


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¿Duros momentos, no?


Todos pasamos alguna vez por situaciones así, y es muy difícil sobrellevarlas… Se hace tan difícil porque en esos momentos, cuando todo se vuelve oscuro, es porque algo se perdió. Una gran parte de la fuerza que nos mueve se detuvo…dejamos de esperar, perdemos la esperanza.


Dejamos de creer en que se puede salir adelante, o en que vamos a poder sobrellevar esta situación. Dejamos de creer que lo queremos es posible o que vale la pena esperar lo que vendrá. Y hay pocas cosas tan duras y dolorosas como perder la esperanza…porque te tira para abajo, te hace caer…te desalienta, te lastima…


Esto es lo que les pasó a los discípulos después de que murió Jesús. Perdieron la esperanza. Dejaron de confiar…y por eso vivían esos días de muerte de esa forma…porque sumergidos en su dolor, no recordaron las palabras de Jesús, y por eso no pudieron confiar. No creyeron en lo que Su amigo les había prometido, no podían aceptar su realidad, esto no podía ser!!! Y entonces se sentían angustiados, vacíos, solos…


Te invito ahora a que vuelvas a acordarte de aquella situación que pensaste antes…que te sitúes en aquel momento y en aquellos sentimientos……………………………………………………………


Seguramente, durante ese tiempo de dolor, incertidumbre y espera, pasaste por un montón de sentimientos: en los días buenos estabas más animado….en los días duros y tristes, casi al punto de la desesperación…


¿Crees que en esos momentos difíciles habías perdido la esperanza, o que estabas a punto de perderla? (Tomate unos minutitos para pensar)


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Hoy, probablemente, esa ya no sea una situación que te duela como en ese entonces, y esto seguramente se deba a que pudiste salir adelante, a que pudiste sobrellevar ese momento…


¿Alguna vez te preguntaste que fue lo que te hizo salir adelante? ¿Podés identificar qué fue lo que te mantuvo vivo? Quizás fue una palabra, una sonrisa, el apoyo de un amigo…


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Si lograste eso fue en gran parte porque tuviste esperanza!! ¡Sí! Porque confiaste en que las cosas podían mejorar, en que iba a haber alivio para tu dolor…

Ahora sigamos adelante….


Hay algo importante para tener en cuenta, y es que uno tiene la capacidad de ser esperanzado. Vos y yo somos capaces de tener esperanza…


Pero para poder mantener viva la esperanza es importante que aquello por lo que esperamos valga la pena, tenga sentido.


Tenemos que creer que lo que deseamos es verdadero, que es posible, y que nos puede hacer más felices.

Te invito ahora a que pienses de nuevo en ese momento de tu vida que recién recordabas, y a que te preguntes las razones, los motivos más profundos de tu espera…¿Por qué esperaste?


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Sólo podemos tener esperanza y ser optimistas si lo que deseamos es algo bueno para nosotros, es algo que nos da VIDA. Sí, para poder mantener viva la esperanza es importante que aquello por lo que esperamos valga la pena.


Y por eso ahora yo te pregunto…

¿Qué cosas deseas para tu vida? -Es importante que te conectes con tus verdaderos deseos, aquellos que no pasan, sino que perduran… Si te sirve imagina tu vida de acá a 10 años…¿Cómo te gustaría que fuera tu vida? ¿Qué cosas querés que pasen? ¿Qué pensás que te haría feliz?


Te propongo que escribas todos tus deseos, tus sueños…si te sirve hace una lista o simplemente escribilos como te salga…

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¿Listo? Ahora, de todos los deseos que escribiste, seleccioná solo algunos de ellos, los que te parezcan más importantes o los que creas que serían esenciales para que seas feliz…


¡Muy bien! …ahora me animo a decir que estos que elegiste son algunos de tus deseos más profundos, tus verdaderos deseos…y más aún…me animo también a pensar que son deseos por los que no te desesperanzarías tan fácilmente. Deseos por los que no bajarías los brazos tan rápido si no se dieran en el momento o de la forma en que vos querrías. Son deseos que te hacen tener y mantener la esperanza…


Bueno, ya hiciste un muy lindo ejercicio!!!


Ahora, ya llegando al final de este desierto, te voy a hacer una propuesta!

Te propongo que tengas un rato de oración.


Sé que te puede dar fiaca, pero tal vez tengas pocas ocasiones en las que puedas tomarte un rato para compartir algunas cosas con Dios, sin nadie alrededor, solos vos y Dios. Asique tomate estos minutos que te quedan para hacer una breve pero simple oración:


Pedíle a Jesús que te ayude a alcanzar todos tus deseos profundos. Pensá uno a uno en ellos. De a poco, en cada uno… volvé a pensar y decíle a Jesús que los lleve a buen puerto….. Confiá porque en lo profundo del corazón es donde Jesús nos escucha, nos entiende, nos abraza!!!


Y ahora sí, como gesto final, pedíle que te abrace fuerte. Es más, si te ayuda, reza con tu cuerpo. Ponete en alguna posición que te haga a sentir pequeño para recibir un abrazo. Pedíle que abrace tu espera, tu dolor, tus esperanzas, tus deseos más profundos.


Intentá sentir el profundo abrazo de un Dios que es todo amor…


Ayer acompañaste a Jesús en su pasión, y estuviste con Él hasta el último momento…Hoy Jesús esta en el sepulcro, lo dejamos anoche…. pero podemos ser como los discípulos y perder la esperanza; o su ausencia puede despertar en nosotros el deseo y la búsqueda. Su ausencia puede integrar todos nuestros sentimientos: temores, desconciertos, alegrías, llantos, para hacernos mirarlo solo a Él.

Esto no puede terminar así, en sepulcro…Nos espera algo más...

Vos podes elegir vivir la Pascua con esperanza…

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