jueves, 1 de abril de 2004

Jueves a la mañana (2004)

Te mandaron a hacer un desierto, pero nunca hiciste ninguno. No tenés idea que es. Es una oportunidad para estar solos y escuchar lo que Dios nos quiere decir. Jesús cuando quería rezar se retiraba al desierto. Hoy Jesús te quiere invitar a vos que hagas tu desierto, para que puedas escuchar lo que Él te quiere decir. Para esto es necesario disponer el corazón, en el silencio, en actitud de escucha y apertura a lo que Él te invita. Es un tiempo de gracia muy especial, es un regalo que Dios te quiere hacer, es un tiempo para vos, para revisar, para pensar, para cambiar, pero sobre todo es un tiempo para encontrarte con Él. Por eso no tengas miedo de no ser escuchado, sino confíá en que es Jesús el que te escucha, abrí tu corazón. El quiere escucharte pero también te quiere hablar. Tomate un ratito de silencio y prepara tu cuerpo, tu mente y tu corazón para esta charla con Dios.
Jesús en su vida tuvo fuerte necesidad del desierto para encontrarse con el Padre, escuchemos su Palabra:

“Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él. Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.
Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te andan buscando” Mc.1,34-37

“Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús. Al enterarse de eso, Jesús se alejó en una barca a un lugar desierto para esta a solas. Apenas lo supo la gente, dejó las ciudades y lo siguió a pie. Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, curó a los enfermos.” Mt. 14,12-14

Ahora entrégate y ponete en la presencia de Dios en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Seguramente durante la mañana estuviste viendo las caretas que hay en tu vida. Hace memoria, en una semana o en un día cuantas caretas usas, ¿son pocas o son muchas? Pensá en tu casa sos el mas bueno del mundo, sos un ángel; en el colegio rompes todo no estudias, sos un vago; con tus amigos te las sabes todas, sos un capo; en el club sos el mejor deportista, sos el Diego; en confirmación o en tu grupo de jóvenes te portas bien, vas a misa, sos un santo; en el boliche te tomas todo descontrolas, sos un winner y así en cada lado que vas, te vas mutando como si fueras un camaleón… Pero cuando estas solo con todas esas caretas, ¿sabes cuál elegir, cuál te pones, cual sos vos?. Es en ese momento cuando te das cuenta que estas equivocado, que hay algo que anda mal. Las caretas solo te lastiman.

Una historia del Padre mamerto Menapace cuenta que en un barrio, había un perro el más respetado de la zona. Los otros perros ni lo gatos se animaban a pasar por su casa, ya que el que pasara era seguro que se enfrentaría con él. Un día mientras dormía la siesta, un gato se le ocurrió pasar por delante de la casa. Justo en se momento el perro se despertó, al ver al gato lo empezó a correr. El gato salió como flecha para la casa en busca de refugio. Corrieron por toda la casa. Llegando al dormitorio lo estaba por alcanzar, pero el gato casi sin salida se trepo al ropero. El perro que venia ladrando descubrió que el gato no estaba, pero se encontró con un perro que le ladraba. Como el era el perro mas guapo, se paro frente al otro se le erizaron los pelos, mostró los dientes, empezó a gruñir y a ladrar con toda su furia, pero el otro perro no se achicaba, imitaba tal cual sus acciones, el perro no pudo soportar tal insulto. Tomó envión y salto sobre el otro perro. Así fue que el perro respetado, pero tonto, murió estampado contra el espejo.

Te imaginás que tiene que ver el cuento con las caretas. Seguro estas pensando que nada. Pero sin darte cuenta muchas veces sos como ese perro frente al espejo, que se lastima por su bronca, su envidia, por su inseguridad. El perro mostraba ser el mejor del barrio, aunque salía herido. Cuántas veces queremos sobresalir en todo, ser el mejor, pero no podemos y nos lastimamos. Capaz que el perro no era tan valiente pero por inseguridad demostraba serlo. Vos cuántas caretas usas por inseguridad, porque no querés que los demás descubran algo, lo tapas demostrando ser otra persona. Porque siempre estas tratando de ser lo que los demás quieren que seas y no lo que sos. Pero ¿sos feliz de esa manera?¿cómo te quiere Dios?.

Algunas vez te preguntaste ¿quién soy?. Esto solo lo podes responder vos. Los demás solo podemos ayudarte. Te invito a que tomes una hoja y anotes el nombre de cada uno de los integrantes de tu familia, que pienses en cada uno, en su rostro, en qué te dio esa persona a vos, pensa en tus amigos, en esos que nunca fallan, en esas personas que fueron o son muy especiales en tu vida y anotalos. También en vos en tus defectos, aquellas cosas que te gustaría cambiar, no tengas vergüenza todos los tenemos, sé sincero. A medida que van apareciendo anótalos. También pensa en tus virtudes esos dones que Dios te dio y día a día queres ir multiplicando. Escribí un momento triste en tu vida, también un momento feliz.

Frente a vos en ese papel tenes parte de tu identidad, digo parte porque la identidad es algo que formas a lo largo de tu vida. Las personas que queres son parte de vos pero no por eso tenes que ser igual que ellas, podes tomar actitudes, pero no imitarlas sino dejarías de ser auténtico. Los defectos en tu vida no te tienen que dar vergüenza al contrario tenés que aceptarlos y tratar de cambiarlos pero no taparlos eso no sirve de nada. Las virtudes son un regalo de Dios por eso tenes que compartirlas, es importante no agrandarse, siempre ser humilde. Los momentos en tu vida tanto tristes como felices sirven como experiencia, para aprender y corregir en lo que nos equivocamos.

Te invito a que hagas una vasija, pero no cualquier vasija, sino una que te represente a vos con estas cosa que descubriste. Juga con vos, sos de hablar mucho hacela con boca grande; sos una persona cerrada, con boca chica; sos de hacer todo a las corridas así nomás, la podes hacer toda torcida; sos de hacer muchas cosas la podes hacer gordita; sos de no hacer nada re fiaca la podes hacer chatita, bueno pensa vos, tomate tu tiempo.

Dios le habló a Jeremías y lo comparó con una vasija en sus propias manos de Padre:

“Palabra que llegó a Jeremías de parte del Señor, en estos términos:
«Baja ahora mismo al taller del alfarero, y allí te haré oír mis palabras».
Yo bajé al taller del alfarero, mientras el trabajaba en el torno.
Y cuando la vasija que estaba haciendo le salía mal, como suele pasar con la arcilla en manos del alfarero, él volvía a hacer otra, según le parecía mejor.
Entonces la palabra del Señor me llego en estos términos:
¿No puedo yo tratarlos a ustedes, casa de Israel, como ese alfarero? -oráculo del Señor-. Sí, como la arcilla en la mano del alfarero, así están ustedes en mi mano, casa de Israel.” Jer.18, 1-6

¿Cómo quedo? ¿bien, mal, mas o menos?, no importa. Esa vasija te representa a vos, ofrecesela a Dios para que te ayude a ser auténtico porque sólo no podes, pero con Él es mas fácil. Jesús te pide que lo sigas, que vivas sin caretas, porque no podes vivir la vida actuando como si la vida fuera una obra de teatro. Porque las caretas se caen y cuando esto ocurre ya estas lastimado. Dios quiere que seas autentico, Él te ama como sos, te invita a vivir sin caretas. Anímate a seguir a Jesús, viví tu identidad.

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