viernes, 29 de marzo de 2013

Viernes Santo a la tarde: Adoración a la cruz (2013)

Jesús fue entregado por uno de sus discípulos y crucificado frente al mismo pueblo que lo seguía. Morir crucificado, en ese entonces, era la mayor vergüenza -la pena más alta-. Pero Él quiso entregarse y lo hizo por cada uno de nosotros… por VOS.

La cruz que nos representa a los cristianos ya no es signo de vergüenza. Jesús, que hace nuevas todas las cosas, la transformó en signo de amor y de esperanza…

Te invito a que mires la Cruz y te dispongas a escuchar lo que hoy Jesús quiere decirte. Hace falta el silencio interior para escucharlo…en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mirando la Cruz de Jesús podemos escuchar el grito de Su amor por nosotros. San Pablo en una de sus cartas habla de ese amor:

“El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. 
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 
El amor no pasará jamás.”

Hoy estás frente a la cruz. Vas a ir a dar ese beso que representa el amor infinito que Jesús nos tiene. Vos, ¿qué significado le das? ¿Sos consciente del amor enorme que hay en ella?

Imaginate llevar un madero de más de 60 kg sobre tus hombros, aturdido por los insultos, con ampollas y astillas en los pies, en la espalda, las manos… cansado y humillado. Cuánto dolor debió haber sentido…  ¿Por qué tanto sacrificio?

Volvamos a releer lo que nos dice Pablo: el amor todo lo soporta… y vence hasta la muerte para salvarnos, porque quiere que seamos felices, porque nos ama, porque TE AMA.

¿Realmente te das cuenta que sos una persona muy valiosa? ¿Te reconocés como SU obra maestra?

Dios te pensó desde antes de crearte. Te dio talentos -no para que los escondas ni te los guardes para vos mismo, sino para ponerlos al servicio de los demás-. ¿Sos consciente de ello?

Aun así, en tanto tenemos talentos también poseemos limitaciones que nos alejan de este reconocernos valiosos como hijos de Dios y nos obstaculizan el camino… ¿Reconocés que tenés limitaciones? ¿Sos coherente entre lo que creés y lo que hacés? ¿Sos fiel a vos mismo o te dejas llevar por los demás, por el "qué dirán"?

Todas estas cosas pueden ser trabas en nuestro camino que no nos dejan avanzar y alcanzar el plan que Dios tiene para nosotros. Así como Jesús cargó con Su cruz, nosotros también tenemos nuestra propia cruz por cargar en este camino: esa cruz que va con nosotros a todos lados, que muchas veces queremos sacarla, cambiarla, porque nos duele, nos pesa… todos pasamos por momentos que nos agobian y nos lastiman, situaciones complicadas en las que nos cuesta salir adelante, en que nos desesperamos y en que todo alrededor parece aturdirnos…
¿Cuál es tu cruz? ¿Cuáles son esos momentos difíciles, esas cicatrices que tenés presente día a día que forman parte de ella?  

Tomate tu tiempo para pensarlo, escribilo
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

A veces pueden ser pesadas y nos estancan, pero Jesús nos invita a dar un paso más: nos invita a seguir caminando, a aceptarlas y a abrazar esa cruz como Él hizo con la suya, confiando en la voluntad del Padre.

Te invito a que en adelante intentes transformar estas cosas que te duelen y lastiman en un signo de amor y servicio. Es difícil, pero si Jesús pudo transformar Su cruz de muerte y sufrimiento en un signo de Resurrección y de Vida, ¿cómo no va a poder hacer lo mismo con nuestras cruces? ¡El amor “no pasará jamás”!

Este Dios que te ama y te acompaña a abrazar esa cruz… es el mismo que te pone personas que te acompañan en este camino, que te lo hacen más lindo. No estás solo. Él te tiene siempre presente. SIEMPRE.

El te está esperando… Nos llama a cada uno de los hombres y mujeres por su nombre, a VOS te está llamando por tu nombre
desde Su cruz, y espera una respuesta. Él es tan grande que tiene tiempo para todos nosotros y nos dio una misión a cada uno porque sabe que podemos hacerlo, porque CONFIA EN VOS.
¿Vos confías en sus planes? ¿O querés que Él se adapte a los tuyos? ¿Estás dispuesto a seguirlo? ¿Sabés que poniendo todo en Sus manos se aliviana la carga?

Qué cosa más linda que cuando algo pesa, lo puedas compartir con alguien y sea más llevadero…

Este es el momento para dar una respuesta al llamado de Jesús, mientras lo miramos en Su cruz. ¿No te sentís digno por tus errores o limitaciones? Acordate que “el amor todo lo perdona”, con Jesús podés hacer “borrón y cuenta nueva”, empezar un nuevo camino.
¿Tenés miedo de lo que puede venir en el futuro? Tené siempre presente que el amor es paciente, no se irrita. Confiá en que Jesús está al lado tuyo acompañándote en este camino, siempre que estés dispuesto a caminarlo.

Que este beso que le das a la cruz de Jesús sea el primer paso en un camino de imitación de ese amor que Él nos muestra hoy. Acordate que cuando te sientas perdido podés siempre volver a mirar a la cruz para volver a escuchar lo que Jesús te dice.

Para ir terminando, te propongo que leas la siguiente oración. Hacelo despacio y rezando cada momento, pensando en ese amor que Dios nos tiene y confiando que de Su mano todo es mejor…

“¿Por qué te agitas y confundes por los problemas que te trae la vida?… Déjame controlar todas tus cosas e irán tornándose mejores. Cuando te entregues totalmente a Mí, todas las cosas serán resueltas con tranquilidad, de acuerdo a mis planes. No te frustres, no me reces como apresurándome, como si quisieras forzarme a realizar tus planes. En lugar de eso, cierra los ojos de tu alma y con paz dime: ¨JESÚS, YO CONFÍO EN VOS¨.

Trata de evitar esos pensamientos que te angustian al querer comprender las cosas que te pasan. No arruines mis planes tratando de imponer tus ideas, déjame ser tu Dios y actuar libremente en tu vida.

Entrégate a Mí con completa fe, confianza y de tu futuro en mis manos decime frecuentemente: ¨JESÚS, YO CONFÍO EN VOS¨.

Lo que más te lastima es cuando tratas de razonarlo todo de acuerdo a tus ideas e intentas resolver tus problemas a tu manera. Cuando me digas ¨JESÚS, YO CONFÍO EN VOS¨; no seas como el impaciente que le dice al doctor: ¨cúrame¨, pero le sugiere la ¨mejor¨ forma de hacerlo.

Déjate curar por mis brazos, no tengas miedo, YO TE AMO.

Si ves que las cosas se vuelven peores o más complicadas, aún cuando tú estás rezando, mantenete confiando en Mí, cierra los ojos de tu alma, y continúa diciendo a cada hora: ¨JESÚS, YO CONFÍO EN VOS¨.

Necesito mis manos libres para poder manifestarte mis bendiciones. No ates mis manos con tus absurdas preocupaciones. Satanás quiere que te frustres, hacerte sentir triste, quitarte la paz. Confía en Mí. Yo hago milagros en la medida en que tú te abandonas a Mí y de acuerdo a la fe que me tienes.

Así que no te preocupes, dame todas tus frustraciones y duerme en paz, y siempre dime: ¨JESÚS, YO CONFÍO EN VOS¨, y verás grandes milagros.”



Confiá en Él, rezalo, poné en Sus manos tu cruz: Él puede transformarla…

No hay comentarios:

Publicar un comentario