¡Hola! ¿Cómo andás? Ya estamos llegando al final de la Pascua, espero
que la estés aprovechando al máximo, seguro estás teniendo un día muy intenso,
entre el Vía Crucis de ayer, los testimonios, las charlas, el momento de María,
el grupo, todo esto de las cosas que te angustian… En fin, un montón de cosas.
Te invito ahora una vez más a que paremos un poco la pelota y encaremos
juntos el último desierto de la Pascua, andá a un lugar calmado, en lo posible
alejado de tus amigos así no te distraés, ponete cómodo, respirá hondo y
empecemos…
Capaz te ayude hacerte la señal de la cruz para ponerte en presencia de
Dios… En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo… y ahora sí.
Volvamos un poco atrás en el tiempo, al principio de esta Pascua ¿Te
acordás cómo te sentías? De cómo era la realidad que volcaste en tu pelotita?
¿Qué cosas te gustan más de esa realidad? ¿Cuáles no te gustan tanto? ¿Omitiste
algunas porque son cosas de las que preferís no acordarte? ¿Te gusta tu
pelotita? ¿Hay cosas que parece que te gustan pero en el fondo sabés que no te
hacen bien?
A veces se nos hace difícil manejar nuestra propia “pelotita”, ya sea por seguir la corriente, por presiones de la sociedad o por capricho propio, terminamos moviéndonos dentro de una realidad que en el fondo no es la que queremos tener nosotros, ni la que queremos ofrecerle al resto ¿Qué lugar le das al otro en tu realidad? ¿Te parece que les hacés bien a ellos? ¿Y a vos mismo? ¿Qué lugar le das a Dios en tu pelotita? ¿Qué te gustaría agregar o sacar de tu pelotita?
Un muy buen ejercicio que me enseñaron una vez, es el de hacerte una
“encuesta” (en este caso vamos a tomar las cosas que estuviste pensando recién)
antes de empezar algo (ya sea un período, una clase, un retiro…) y hacértela de
nuevo al final. Tratá de hacer algo parecido con lo que acabamos de pensar ¿Tus
respuestas de ahora son muy distintas a las que habrías dado a estas preguntas
antes de venir a Pascua?
Probablemente te encontraste con algunas diferencias en tus respuestas,
o también con que algunas de las cosas nunca te las habrías preguntado ¿Qué
loco no? ¿Te gusta haber cambiado tus pensamientos? ¿A qué crees que se debe?
¿Qué lío tantas preguntas no? Para organizarnos un poco, te propongo que elijas
una (o más) cualidad(es) que creas que hayas descubierto o aprendido (o quieras
aprender o tener, ¡todavía no termina esto!) a partir de todo lo que viviste
estos días, y que te ayude, Capaz podes ser más sereno, más comprensivo, más sincero,
más humilde… (Acordate de pensar esto siempre pensando no sólo en vos sino en
el resto! Acordate de que TÚ mundo es parte de EL mundo!)
Qué lindo es pensar en todos estos cambios positivos, aunque a veces nos
pasa que en los momentos que estamos más “iluminados” estamos con TODAS las
ganas y TODAS las pilas de cambiar y hacer mil cosas, y después nos termina
costando llevarlo a la práctica ¿Te sentís así a veces? ¡Tranquilo! ¡Es
completamente normal! (Es más, hasta agregaría que al que no le pasa esto,
tendría que empezar a asustarse un poco). Nosotros como seres humanos somos
imperfectos, y es lógico que no nos salgan todas las cosas como quisiéramos, ¡no
desesperes! Es en esos momentos cuando más tenemos que apoyarnos en Dios, a
veces nos es difícil o nos da fiaca tenerlo presente, o justamente son nuestras
mismas “mudeces” o momentos de oscuridad los que nos alejan de él, pero hacé el
esfuerzo y te prometo que vas a notar un cambio… Es más, para que no quede todo
en palabras te voy a dar una mano, pensá ahora en algo concreto de tu pelotita
que realmente quieras cambiar, puede ser una actitud, tu trato con una persona,
algún mal hábito, o cualquier cosa que vos pienses que no está andando tan bien
(Ayudita: ¡La cualidad que pensaste antes seguro sea la que te pueda ayudar con
esto!), y comprometete a tratar de cambiarla, pero no vos solo, entregáselo a
Jesús, pedile que te ayude, acordate de que VOS necesitas de ÉL para que te ayude a cambiar y ÉL
necesita de VOS para que lo hagas. Pensá en eso en que la venís
pifiando, en esa persona que lastimaste, en ese amigo que querés perdonar, en
ese familiar con el que querés llevarte mejor… Y no te preocupes si no podés
cambiar todo lo que no te gusta (a veces es mejor ir de a poquito pero ser
constante y firme en lo que nos propongamos!. Acordate que los momentos de
oscuridad son parte de la vida, que también Jesús los tuvo y que él está ahí
para ayudarte aunque a veces no puedas o no quieras verlo, que Él no va a tirar
“rayos solucionadores de cosas”, pero va a estar ahí con VOS, aunque algunas
veces no estés siendo ese VOS que te gustaría, ÉL está igual… te ama como VOS
sos, con todas las cosas buenas, las “más o menos” y las malas de esa pelotita.
Dicen que uno de los misterios más grandes y que más nos cuesta entender de
Jesús es que NO HAY NADA QUE PODAMOS HACER PARA QUE ÉL NOS QUIERA MENOS,
¿Tan así? Sí!!!!!!! Grabátelo en la cabeza y acordátelo siempre (Capaz
te ayude escribírtelo: Podés hacerlo acá:
NO HAY NADA QUE YO …………………………………………………… PUEDA HACER PARA QUE JESÚS ME
QUIERA MENOS.
Dentro
de un rato, Jesús va a resucitar, y va a darnos a todos una nueva. Tomate un
tiempo y pedile que mueran con Él todas estas cosas que nos impiden ver, oír,
hablar… Pedile por vos y por tus hermanos (Acordate siempre de que si rezamos
por nosotros solomente, ¡no entendimos nada!) Que te abra como hizo con el
sordomudo… podés ayudarte con esta oración:
Luz de Dios, disipa las tiniebla de mis dudas y guíame.
Fuego
de Dios, derrite el hielo de mi indiferencia y abrásame
Torrente
de Dios, fecunda los desiertos de mi vida y renuévame.
Fuerza
de Dios, rompe las cadenas de mis esclavitudes y libérame.
Alegría
de Dios, aleja los fantasmas de mis miedos y confórtame.
Aliento
de Dios, despliega las alas de mi espíritu y lánzame.
Vida de Dios, destruye las sombras de mi muerte y resucítame.
¿Pensaste muchas cosas? ¿Qué complicado no? Te invito ahora a
levantarte, e ir a disfrutar el final de la Pascua y la resurrección de Jesús
¿Cómo te sentís ahora? ¿Ya sabés que es lo que te llevás de Pascua? Seguro te
estoy mareando con tantas preguntas, mejor relájate, levantate y como dijo
Jesús “Efatá”, abrite. Y ahora andá, que lo mejor está por venir…
No hay comentarios:
Publicar un comentario