sábado, 7 de abril de 2007

Sábado a la tarde (2007)

Ya casi llegando al final de Pascua Joven, te invito una vez más a buscar un lugar alejado y tranquilo donde puedas escuchar la voz de tu corazón. Pongámonos en presencia de Dios haciendo la señal de la cruz:


  • Tocándonos la frente le pedimos a Dios Padre que nos ayude a concentrarnos y que ilumine nuestros pensamientos.
  • Tocándonos el pecho le pedimos a Jesús que abra nuestro corazón para que podamos escucharlo.
  • Y al Espíritu Santo le pedimos, tocándonos los hombros, que nos de fuerza para poder lograr los objetivos que nos proponemos.

Hoy estuvimos hablando de lo importante que es ser dueños de nuestra vida, de aprender a no dejarnos llevar por la masa, de confiar en uno mismo y en Dios. Y decidiste ser VOS quien tome las riendas de tu vida, pero...

¿Sabés hacia dónde estás yendo?

¿Es eso lo que querés?

¿Es Dios parte de tu elección?


Jesús nos dijo “Yo soy El Camino, La Verdad y La Vida ¡Qué mensaje más claro para saber hacia dónde apuntar nuestras vidas! Vos mismo lo dijiste y lo cantaste mil veces, tal vez ni siquiera sabiendo qué es lo que de verdad decías:

“solo lanzado a la aventura de Tu amor, mi vida tiene sentido”


El amor de Dios es pleno, incondicional, nunca te va a defraudar. Con Él y su amor podes vivir, no sobrevivir.


Muchas veces por no escucharlo nos dejamos llevar por ambiciones superficiales que no nos llevan a ningún lado. Por ejemplo esta pascua... podrías haber elegido quedarte en tu casa y salir todas las noches. Sin embargo, hubiese sido un fin de semana más, divertido quizás, pero sin agregarle nada a tu vida. En cambio, renunciaste a ese tipo de diversión y optaste por buscar algo más, animándote a conocer más de vos mismo y proponiéndote ofrecer tus virtudes y transformar tus defectos para encarar tu vida de otra forma, de la mano de Dios. ¿No te parece mejor? Vos elegiste a Dios estos 3 días y viviste su presencia. Él le dio un sentido a la Semana Santa, te diría más le dio EL sentido.


¿Porqué no pedirle que le de un sentido a toda tu vida? Él está esperando tu SI desde hace mucho tiempo. Aun cuando no te acordás de Él. Él te pide que te levantes y lo acompañes “Levántate y sígueme”. ¡¿Qué estas esperando?! Esta es tu oportunidad para cambiar. Ahora que sabés que Dios es el camino a seguir, el que te conviene y te hace bien, ¿sos capaz de darle la espalda y caminar para otro lado? Tu vida depende de VOS, y aunque hay cosas que no podés cambiar (tu familia, tu situación económica, el colegio, etc...) podés elegir como vivirlas. ¿Qué te parece la elección de Lucas? Mirá:


Lucas era el tipo de persona que te encantaría odiar. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba como le iba él respondía si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”.


Era un gerente único. Él era un motivador natural. Si un empleado tenía un mal día, él estaba ahí para decirle como ver el lado positivo de la situación. Ver éste estilo realmente me causo curiosidad. Así fue como un día fui a buscar a Lucas y le pregunté: “No lo entiendo... no es posible ser una persona positiva todo el tiempo. ¿Cómo haces?” Y Lucas respondió: “Cada mañana me despierto y me digo a mi mismo: Lucas tenés 2 opciones hoy. Podés elegir estar de buen humor o de mal humor. Elijo estar de buen humor. Cada vez que me sucede algo malo puedo escoger entre ser una victima o aprender de ello. Escojo aprender de ello. Cada vez que alguien viene a mi para quejarse puedo aceptar su queja o señalarle el lado positivo de la vida. Escojo el lado positivo de la vida”


“Si, claro. Pero no es tan facil” protesté.


“Si lo es”, dijo Lucas “muchas veces me resulta difícil pero le pide a Dios que me ayude a superarlo. Todo en la vida es acerca de elecciones. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tu eliges como reaccionar ante cada situación. Tu elijes cómo la gente afectará tu estado de ánimo. Tu eliges estar de buen humor o de mal humor. TU ELIGES CÓMO VIVIR LA VIDA”


· Y vos, ¿cómo elegís vivirla?

· ¿Miras la mitad del vaso que está llena o la que está vacía?

· ¿Qué cosas te nublan la vista y te impiden ver que Dios está ahí?


Elegir vivir con Dios implica entrega absoluta, despojarnos de todo lo que no nos ayuda a seguirlo bien, con plenitud, con alegría, con salud… y seguirlo.Tenemos que ser protagonistas de nuestra propia vida, no ir dejándonos llevar por la masa nada más que para no tener que aceptar las consecuencias que trae elegir con libertad. La libertad es un don de Dios, sin el cual seríamos todos robots, seríamos todos iguales y haríamos las mismas cosas. Ser libres implica, hacernos lo suficientemente fuertes como para poder romper con la masificación y hacer de nuestras acciones, acciones originales. Nosotros podemos no fumar a pesar de que todos fumen, podemos no tomar a pesar de que todos tomen, podemos no apretar a pesar de que todos aprietan. Esto muchas veces puede traer dolor y sufrimiento y hasta marginación, pero con fuerza y sobre todo tiempo se puede hacer. Tenemos que tener en cuenta que las consecuencias de nuestras acciones no siempre son inmediatas.


La libertad es un privilegio, pero se puede convertir en una gran tentación. Hacer lo que queremos no siempre nos hace felices. Por eso es que tenemos que saber elegir. Elegir bien es lo que nos hace felices, y para poder elegir bien tenemos que pensar, usando la inteligencia y la voluntad. La inteligencia para poder darnos cuenta de qué esta bien y qué esta mal, y la voluntad para poder hacer y conseguir ese bien.


Tenemos que tomar las riendas de nuestras propias vidas, pero OJO, uno no puede ir por la vida haciendo lo que se le antoje. Tenemos que hacernos cargo de nuestras acciones. Porque todas nuestras acciones traen consecuencias, a veces son buenas, pero hay otras veces que son malas. Y sobre todo en estas últimas es cuando nos tenemos que hacer cargo. Cada vez que elegimos entre el bien y el mal, somos responsables de esa decisión. Y muchas veces vamos a sentirnos presionados por la gente que nos rodea, que nos preguntan el por qué de aquella elección, pero otras veces es una voz interior, la conciencia la que nos felicita o nos reta por la decisión tomada. La conciencia es la que es capaz de hacernos dar cuenta de lo lindo que es hacer el bien y del daño que producimos cuando elegimos hacer el mal. La conciencia es la que busca conocer lo bueno y lo malo, por encima de lo que piensen los demás, de lo que diga la televisión, de lo que se grite en un recital. Es aquella que dice “no” al que le ofrece drogas o una copa de más, ya que quiere tener ágiles la voluntad y la inteligencia, para poder tener de verdad el control sobre su propia vida. Es la que busca consejo y recurre a los amigos y a los mayores cuando tiene que tomar una decisión.


“La conciencia es como un núcleo recóndito, como un sagrario dentro del hombre, donde tiene sus citas a solas con Dios, cuya voz resuena en el interior.” (GS 16)


Somos dueños de nuestra vida, por eso es que tenemos que dejar de ser dominados por las modas y las decisiones de otras personas, es nuestra vida y tenemos que aprender a tomar decisiones. “Y arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia Él”.


¿Sos capaz de dejar todas esas cosas que sabés que hoy te están frenando y seguirlo a Jesús? Por lo menos tenés ganas de TENER GANAS. ¿Querés animarte al menos? ¿O las tentaciones te desvían fácilmente y entonces te das por vencido rápido? ¿Dejás tus convicciones de lado ante lo que los demás esperan de vos, o la imagen que les querés dar?


Es muy común, por ejemplo, ir a Misa dispuestos a escuchar a Dios y salir sin saber ni siquiera de que se trató el Evangelio por hacer sociales e intercambiar chismes del fin de semana. Es hora de darte cuenta de que sin Dios tu vida no tiene sentido. Abrí los ojos: no podrías darle la espalda si cayeras en la cuenta de lo mucho que te ama, tanto que se entregó por VOS.


Él te da una oportunidad para cambiar. El momento es AHORA.


MURIÓ POR VOS AYER

¿LO QUERÉS DEJÁR RESUCITAR EN TU CORAZÓN HOY?


El camino de seguirlo a Jesús es difícil, es caminar para arriba en la montaña, habrá piedras, es dura la pendiente exige sacrificio e incluso muchas veces implica ir en contra de lo que los demás hacen, dicen o piensan. Pero vos sabés que vale la pena. Ahora más que nunca sabés lo que estas palabras significan:


“SOLO LANZADO A LA AVENTURA DE TU AMOR MI VIDA TIENE SENTIDO”


A esta altura te estarás preguntando qué son esas mostacillas que te repartieron: Son una ayuda en tu camino para seguirlo a Jesús. Es difícil comprometerse a cambiar radicalmente la vida de un día para otro. Por eso te propongo pensar algunos compromisos, quizás uno por cada mostacilla, o al menos algunos que puedas cumplir en el día a día (como rezar un poco más, hacer las tareas de la casa sin quejarse, bajar el consumo de alcohol, estar atento al que me necesita en casa o con mis amigos, etc...). De ser posible, escribilos así no te los olvidas.


“Puedo hacer bien durante doce horas lo que me descorazonaría si pensase en tener que hacerlo durante toda mi vida” (Juan XXIII)


Una vez que hayas puesto las diez mostacillas, atá la cruz pidiéndole a Jesús que te de fuerza para poder llevarlos adelante. Llevá este decenario siempre con vos y cada vez que lo mires, acordate de este momento y de los compromisos que vos ofreciste.


“No se inquieten por el día de mañana, el mañana se inquietará por si mismo. A cada día le basta su aflicción” (Mt 6, 34)

No hay comentarios:

Publicar un comentario