jueves, 3 de abril de 2003

Viernes a la mañana (2003)

VINE PARA QUE TENGAN VIDA Y LA TENGAN EN ABUNDANCIA

Buenas... ¿cómo andas? Soy María Magdalena. Esta bueno este lugar que elegiste para sentarte. ¿Podríamos charlar un rato? Quería invitarte a que subamos a una barca y vayamos a las profundidades de tu corazón. Haceme un favor, soltá el cabo y zarpemos! Ya sé que todavía no nos conocemos, pero hay tiempo. Te voy a contar un poquito quien soy. Aparezco un par de veces en la Biblia. Bueno, soy la pecadora, la prostituta. Yo vendía mi cuerpo por plata. Eso era tan malo, que si te descubrían, eras cadáver.

Pensar que me querían matar, me hubieran matado. Todas esas piedras una tras otra me iban a golpear. No sé si hubiera sido capaz de soportar semejante dolor. Una culpa me amargaba, era la culpa de mi infelicidad. Yo no estaba arrepentida por ser prostituta, estaba arrepentida por ser infeliz. Yo me vendía en busca de AMOR, pero nunca lo había podido conocer realmente.

Cuando me tomaron de los brazos y me arrastraron tuve muchísimo miedo. Hombres llenos de ira y violencia me acusaban, me condenaban. Me dolía mucho. Porque eso era un reflejo de que yo no sabía vivir. Entre el ruido a mi alrededor y el llanto de mi corazón, yo estaba perdida. Sentía una profunda angustia. Las ganas de salir corriendo y gritar hasta quedarme sin voz me invadían. Quería desaparecer.

¿No te pasa que te sentís así? ¿Sin ningún sentido? ¿Lleno de miedo? ¿Qué todos te acusan? ¿Esclavo de tu infelicidad?

De repente, todo se paró. Mis jueces se frenaron ante Él y como increpándolo le dijeron:

“La ley de Moisés ordenó que se mataran a pedradas a esta clase de mujeres. ¿Tú que dices que hagamos?”

Él se inclinó con calma y empezó a escribir con el dedo en la tierra.

Como seguían preguntándole, les dijo:

_ El que no tenga pecados que tire la primera piedra.

Después siguió escribiendo. Cuando vi que todos se iban yendo, empecé a llorar, no entendía nada. ¿No me iban a matar? ¿Quién era este hombre que con sólo decir unas palabras me liberaba de mi condena?

¿Podés creer? ¿Alguna vez te sentiste perdonado así? ¿Liberado de tu cruz, de ese peso que venías cargando hace tanto?

Cuando nos quedamos solos, me MIRO, y con esa mirada cambió mi vida. Me penetro por completo, me hizo tener ganas de ser otra, de vivir amando. Esa mirada no me juzgaba, por primera vez en mi vida, alguien me miraba con AMOR, y no pedía nada. Lo único que me dijo fue: _ Mujer, ¿dónde están los que te juzgan? Anda en paz y en adelante no peques más.

Jesús te perdona así, siempre, solamente quiere que estés bien, liberarte de tu dolor. Sólo si sos capaz de abandonarte, de dejarlo ir.

En ese momento descubrí mi vocación a la santidad, a amar como Jesús y seguirlo siempre. Me pudo. Pensar que todo me daba igual, hasta que lo vi. Me hizo creer en mí.. Darme la oportunidad de mirarme como me miraba él, con un AMOR sin reproches, lleno de misericordia y que me lleva cada día a querer ser mejor. ME MIRÓ, ME AMÓ y ME TRANSFORMÓ.

Ahora te propongo una cosa, no vengo a recriminarte nada, sólo tengo una propuesta que sé que te va a hacer FELIZ, pero ya sabes, sos libre de elegirla. ¿Alguna vez te contaron porque murió Jesús? Bueno fue por VOS. Él quiso, me lo contó, lo hizo para que tus pecados te sean perdonados y no tengas que cargar con ellos. Vino al mundo por los que estaban perdidos, como vos y yo, para los que necesitan una esperanza, vino a darnos su amor a todos, especialmente a vos. En un lugar del Evangelio Jesús dice: VINE PARA QUE TENGAN VIDA Y LA TENGAN EN ABUNDANCIA. Es verdad, Jesús no es un mentiroso.

A veces miro al mundo y me apena que tantos no sepan que los ama. Que Jesús los espera para que lloren en su hombro o rían con él. Por eso, vengo a invitarte a una vida nueva, llena de luz...

Hoy me gustaría que revisemos juntos las cosas que te alejan de su amor, del camino. Esas cosas que te mantienen lejos, en las tinieblas, sufriendo. Esas cosas que no te permiten ver tantas maravillas que tiene el mundo, disfrutar a pleno, a full como dirías vos. Sí, esas cosas son lo que te imaginas... tus pecados, tus miserias, tus debilidades.

Me sorprende como asusta esa palabra: “PECADOR”- Creo que es porque tienen un concepto erróneo. Ser pecador no significa ser malo, ni ser un desastre, ni que Jesús va a dejar de amarte. Ser pecador significa simplemente ser hombre y esa es tu naturaleza, así que no tenés porque avergonzarte, sería mejor que lo aceptes. Ah! Otra cosa que me causa gracia. Ser pecador NO ES SER CANCHERO. _ Uy estoy lejos de DIOS, puedo hacer lo que quiero, tengo el mundo a mis pies! La tengo clarísima, no me para nadie. Para empezar DIOS puso el mundo a tus pies y DIOS te dio la libertad para elegir, así que si estás lejos de Él, no la tenés nada clarísima, es más yo te diría que la tenés oscurísima.

Pero bueno dejame explicarte una cosa antes de empezar: PECAR ES NO ELEGIR AMAR. EL PECADO ES UNA FALTA DE AMOR. Se que a veces te debe costar amar, como a todos, se que hoy se te hace difícil porque te tironean de todos lados, pasan muchísimas cosas y vos justo estas creciendo, te estas formando. Sé que la humanidad tiene que pagar muchos platos rotos y de repente el que para la ganza no es el que los rompió. Sé que hay muchísima desesperanza, demasiada mentira y salidas que no llevan a ningún lugar, como la droga, el alcohol, el sexo fácil. Me doy cuenta de que todas estas cosas te confunden y ya no se sabe distinguir entre el bien y el mal.

Pero existen y la tentación del egoísmo, de la comodidad, de lo fácil, de no amar, está todo el tiempo y te aseguro que cada vez que sos presa de eso te alejas más de Jesús-. No se trata de cuantas minas te comes (transas) en el boliche, o de cuantas veces le tiras del pelo a tu hermanita por el control remoto, o de cuando les mentís a los demás, ni de las borracheras que te agarras. Se trata de una decisión más de fondo, algo que está en lo profundo de tu corazón y te lleva a hacer muchas cosas. SE TRATA DE SER CRISTIANO.

¡Aja! Ser cristiano, otra vez, ser cristiano no significa solamente rezar a la noche, ir a misa los domingos, creer en un DIOS que te conviene, de repente, por ahí comulgar. Ser cristiano es SER DE DIOS, ser como JESÚS, que es DIOS hecho hombre. Tratar cada día de amar más, de buscar mejores maneras de ser libre, de comprometerte con tu realidad. Ser cristiano significa elegirTE y elegir a Jesús.

¿Te consideras que sos cristiano? ¿Darías lo que fuera por amor a DIOS? ¿Te elegís? ¿Lo elegís a Jesús en todos los momentos de la vida?

Hagamos una cosa, yo ya hablé mucho, ahora contame vos. ¿Cuáles son las cosas que no te permiten ser amigo de Jesús? ¿Cuáles miserias no te dejan amar como te gustaría?

Quiero mostrarte una parte del Evangelio (no te olvides que acá está escrita la verdad, lo que Jesús dice, en castellano: LA POSTA):

“ALEGRENSE EN EL SEÑOR: NO SE ANGUSTIEN POR NADA, Y EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA RECURRAN A LA ORACIÓN Y  A LA ACCIÓN DE GRACIAS” (Flp. 4,4)

Esto es como un examen de conciencia para que pienses bien y después de contestarte las preguntas escribí en la maderita que te dieron todo lo que necesitas que Jesús te perdone, para que haga con vos lo mismo que hizo conmigo, para que te transforme.

¿Te alegras de estar vivo?

Cuando estás triste ¿qué salidas buscas para estar mejor? ¿Confías en las personas que te quieren? ¿Vas a ver a Jesús?

¿Te angustias por cosas que no tienen demasiada importancia?

¿Te quejas seguido?

¿Sos capaz de agradecer los dones que recibiste? ¿tus amigos? ¿tu familia? ¿tu vida?

¿Cómo sos con los demás? ¿Con tus enemigos? ¿Con los que están solos? ¿Con los supuestos “navos”?

¿Te la pasas señalando los pecados de otro?

Bien sabes que cada vez que hagas lo que hagas por más mínimo que sea, Jesús está ahí al lado tuyo mirándote como a mí, perdonándote, amándote y muriendo en la cruz por vos. 

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