miércoles, 4 de abril de 2001

Viernes a la tarde (2001)

¿Qué eligió Jesús como su cruz y que elegí yo?


Vamos a empezar este nuevo desierto, abriendo nuestro corazón, poniéndonos en presencia del Señor, en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.

Te invito a que hagas un rato de silencio con los ojos cerrados,  y que luego reces esta oración.

 

Ayúdame a hacer silencio, quiero escuchar tu vos Señor.

Toma mi mano, guíame al desierto,

Y que nos encontremos, a solas, vos y yo.

Necesito contemplar tu rostro me hace falta la calidez de tu voz,

Caminar juntos...

Y callar para que hables vos.

 

Me pongo en tus manos, quiero revisar mi vida,

Descubrir qué tengo que cambiar,

Afianzar lo que anda bien,

Y sorprenderme con lo nuevo que me pedís.

 

Ayúdame a dejar a un lado

Las corridas, las preocupaciones

Que llenan mi cabeza,

Y barre mis dudas  e inseguridades.

Ayúdame a archivar mis repuestas hechas,

Quiero compartir mi vida

Y revisarla a tu lado.

Ver donde “aprieta el zapato”

Para apurar el cambio.

 

Amen.

 

Comencemos entonces leyendo la Palabra de Dios del evangelio de San Mateo:

 Cuando Jesús llegó con sus discípulos a una propiedad llamada Getsemaní, les dijo, “quédense aquí mientras yo voy a orar”.

Y llevando con El a Pedro y a los hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse. Entonces les dijo, “Mi alma siente una tristeza de  muerte, Quédense aquí velando conmigo” y adelantándose un poco cayo con el rostro en tierra, orando así, “Padre Mío, si es posible, que pase lejos de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya”.

  

Hace un minuto de silencio e intentá descubrir que es lo que Jesús te quiere decir. Releelo pensando cada frase, despacio y rumiando la Palabra.

Trata de ponerte en el lugar de Jesús.  ¿Que siente? ¿Tiene miedo? ¿Esta tranquilo? Tomate un ratito para pensarlo, imaginando que es a vos a quien le pasan esas cosas.

Jesús se siente triste, con una “tristeza de muerte”, no quiere estar solo y les pide a sus amigos compañía.  Es otro paso más en un camino largo y difícil. Jesús en este camino tuvo que abandonarse entera y confiadamente en su Padre, dejarse llevar por El, seguirlo aunque muchas veces no viese por donde iba. Tiene Fe.  A pesar de que Jesús sabía lo que Dios quería, le costo mucho aceptarlo, mucha oración, mucho sacrificio, noches sin dormir. Era un camino difícil, y tenia miedo.

 Pero Dios sabe lo que realmente va a hacer feliz a su Hijo. Sabe que Él esta exigiendo algo muy grande pero sabe también que Jesús lo puede dar. Nuestra Felicidad esta en sus manos, la decisión es suya.  Y libremente, por amor, aun sabiendo lo difícil que sería, acepta su misión, el proyecto que Dios pensó para El, y toma su cruz para salvarnos.

Jesús por amor a Dios aceptó Su voluntad, y por amor a vos, aceptó la cruz y se entregó por nosotros en el acto de amor más grande que haya existido nunca.

Y vos, ¿pensaste alguna vez cuál es tu cruz, cuál es el camino que te conduce a Dios? Contestate estas preguntas una por una dedicándoles unos minutos. ¿Me animo a planteármelo realmente o el miedo es mas fuerte? ¿Es un camino difícil y que no quiero seguir? ¿Qué significado tiene para mi la voluntad del Padre? ¿Me he preguntado alguna vez que es lo que Dios quiere para Mi? ¿Confío en que El sabe lo que es mejor para mi? ¿Estoy convencido de que la misión que me encomendó me va a hacer realmente feliz y libre?  ¿Me animo a tomar mi cruz a pesar del miedo,  y de sentirme a veces  solo y triste, con una “tristeza de muerte”?

Dios nos creo a cada uno en particular, distintamente unos de otros. Dios te creó único, por lo tanto lo que Dios quiere para vos, lo que Dios te pide no lo puede hacer otro persona sino vos. Pues así es como Dios va formando su reino.  ¿Te preguntaste alguna vez cuál es el lugar que ocupás en este mundo? ¿te pusiste a pensar a quienes Tenés que “salvar” vos? ¿Y si vos no tomas tu cruz? ¿Y si Jesús no tomaba la suya?

Se trata de amar la Voluntad del Padre. Nos va a pasar muchas veces,  que no sabemos qué es lo que quiere de nosotros. Qué es lo que debemos hacer. La única manera de aceptar y de discernir la voluntad del Padre es a través del amor, el AMOR A DIOS Y EL AMOR AL PRÓJIMO.  Jesús desde su cruz nos enseña como hay que amar, hay que AMAR HASTA QUE DUELA.

Jesús con su entrega, nos muestra el horizonte de la felicidad verdadera. Nos dice que esta felicidad hay que buscarla.  Pensa: ¿Vos dónde buscas  la felicidad? ¿La encontrás? ¿Cuánto tiempo le dedicas a encontrar y descubrir qué es lo que Dios te pide para que seas feliz? ¿Crees  que la “felicidad” que te dan ciertas cosas, como la diversión, los bienes materiales, y muchas cosas mas, es una felicidad duradera?

Con todo esto que venimos reflexionando, seguro que podes contestar, si esto es realmente lo que Dios quiere para tu Vida.

 

*Quiere que hagas lo que quieras, sin importar los demás. Sin tener en cuenta que el otro es tu hermano y es hijo de Dios como vos

*Quiere que  crezcas materialmente y en prestigio.

*Quiere que ignores a tus Padres.

*Quiere que seas flaco, gordo, rubio, morocho, pelirrojo, alto, petiso, popular, etc

*Quiere que seas el mas divertido aun a costa de tener que tomar alcohol para lograrlo.

*Quiere que tengas mucho “amor”, pero que no lo compartas.

 

Muchos de estos son nuestros deseos, y puede parecernos que esto nos puede hacer de alguna manera “felices” pero esto no es una felicidad duradera.   El momento pasa, y la “felicidad” también.

La verdadera Felicidad no está en nosotros, en la satisfacción de nuestros deseos y amores pasajeros, sino fuera de nosotros. Esta en el amor, pero en un Amor que es absoluto, como el de Jesús que nos ama sin limites y nos enseña a amar así a los demás. Nuestra Felicidad consiste, en el Amor que Dios nos tiene y en creer y confiar en ese amor.  Está en descubrir que el camino que Dios penso para mi, me lleva a El. ¿Y que felicidad mas perfecta mas plena y mas eterna, que estar con Dios para siempre?

El Obispo en su carta de cuaresma nos invita a descubrir cual es la voluntad del Padre en nosotros, y una cosa fundamental para descubrirlo  es el discernimiento. Lo importante  es que le dediques tiempo a este discernimiento, en la oración, pidiéndole humildemente que te ayude a encontrar ese camino que pensó para vos. Es propio del Espíritu Santo sembrar deseos, aspiraciones, motivaciones que nos van mostrando poco a poco cuál es el camino a seguir.

Seguir el camino de Dios , no es fácil, muchas veces nos da miedo, pero no te olvides que el nunca nos abandona, y que si aprendemos a seguirlo seremos realmente libres , porque el hombre mas libre y mas feliz es el que más cerca de Dios esta. Y aunque a veces te alejes de ese camino, por miedo, por cansancio, porque te parece muy difícil, por fiaca, no importa, siempre estas a tiempo para recomenzar. Dios es el Padre de la Misericordia, El te escucha, te entiende y siempre, pero siempre, te perdona.

ANIMATE  A SER FELIZ.

 

Por ultimo te invito a que reces esta oración, siendo sincero con vos mismo y reconociendo en ella las cosas que me alejan de Dios.

Señor:

Me tienta la seguridad el “saberlas todas”, “tenerla clara”, no necesitarte.

Me tienta el activismo. Hacer, hacer, hacer. Y me olvido del silencio, aflojo en la oración, ¿leer la Biblia? Para cuando haya tiempo...

Me tienta la incoherencia. Hablar mucho y hacer poco. Mostrar facha de buen Cristiano, para adentro, donde vos y yo nos conocemos, tener mucho para cambiar.

Me tienta querer ser “el centro del mundo”. Que los demás”giren “a mi alrededor.

Que me sirvan en lugar de servir.

Me tienta la idolatría.

Fabricarme un ídolo con mis proyectos, mis convicciones, mis certezas y conveniencias, y ponerle tu nombre de Dios.

No será el becerro de oro, pero se le parece.

Me tienta la falta de compromiso. Es mas fácil pasar de largo que bajarse del caballo y hacer se samaritano.

¡Hay tantos caídos a mi lado y yo me hago el distraído!

 

Me tienta la falta de sensibilidad, no tener compasión, acostumbrarme a que otros sufran y tener excusas, razones explicaciones ... que no tienen nada de Evangelio pero que me conforman...

Y, encima, me conforman un rato, porque en el fondo no puedo engañarte.

Me tienta el alejarme de la política, la economía, la participación social...

Que se metan otros...

Yo Cristiano de Domingo, Misa y gracias...

18% de desocupación, hospitales que cierran, chicos sin clases, familias sin vivienda ni terreno ...

¿Dice algo a mi Cristianismo?¿Se puede vivir la fe tapándose los ojos?

Me tienta tener tiempo para todo menos para lo importante, y lamentarlo pero no hacer nada para cambiarlo.

La familia, los amigos, la oración..., al cuadragésimo lugar.

Hay cosas mas importantes

¿Las hay?

Me tienta, Señor, el desaliento lo difícil que, a veces, se presentan las cosas.

Me tienta la desesperanza, la falta de ideales.

Me tienta “dejarlo para mañana” si hay que empezar a cambiar hoy.

Me tienta creer que te escucho cuando escucho mi voz.

¡Enséñame a discernir!

Dame luz para distinguir tu rostro.

 

Llévame al desierto, Señor, despójame de lo que me ata, sacudí mis certezas y pone a prueba mi amor.

Para empezar de nuevos humilde y, sencillo, con fuerza y Espíritu para vivir fiel a Vos.

Amen

 

Ahora, con confianza pedile a María, que es Nuestra Madre y siempre nos escucha, que te ayude.  Que como ella tengas valor para aceptar y seguir el camino que Dios pensó para vos, fuerzas para seguir adelante cuando parezca difícil, paciencia cuando te sientas cansado y confianza cuando no veas el camino.  Acordate que nunca estarás solo.  Por ultimo, rezále un  Ave Maria pensando bien cada frase.

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