sábado, 4 de abril de 2015

Sábado Santo a la mañana (2015)

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Una vez en presencia de Dios, comenzaremos este desierto con una pregunta cuya respuesta tal vez ya tengas más que clara, pero nunca está de más el volver a hacérsela: 

¿Cómo creés que es el camino de fe?
  • Siempre progresivo.
  • Siempre decreciente .
  • Según como lo acompañan los sentimientos.
  • Sólo se vive en algunos momentos.
  • Crítico, con subidas y bajadas, con vacíos y pozos, con alegrías y euforias.
  • Ninguna de las anteriores es correcta.

Sin mirar la hoja del de al lado, ¿cuál es la respuesta que pondrías? Podés responder en base a cómo fue tu fe hasta hoy. Si estás comenzando el camino ¿cómo crees que será? De todos modos, desarrollaremos más cada una de las posibles respuestas.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


¿El camino de fe es siempre progresivo?
Se podría decir que siempre es en pendiente positiva, es decir siempre creciente y en camino hacia Dios, porque tanto los buenos momentos como los malos nos hacen crecer. Esto no quiere decir que sea una línea recta y no tenga bajones. Anoche, en una de las estaciones del Viacrucis observamos que Pedro negó a Jesús tres veces teniéndolo ante sus ojos. Su fe flaquea, las presiones de la gente que lo atemorizaban lo llevan a caer. Lo mismo le sucedió al caminar sobre el mar, “bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo” (Mt. 14, 29-30). Al sacar los ojos de Dios y mirar la tormenta o la multitud,comenzó a hundirse. 

El camino de fe está lleno de distracciones que desplazan nuestra mirada. ¿Cuáles crees que son esos ruidos y miedos en tu vida que te quitan el foco de Dios? 
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Es importante reconocer que nuestra fe no es perfecta para poder estirarle a Dios la mano y que nos salve como lo hizo con Pedro. Solamente debemos pedirle, es decir, rezar para que aumente nuestra fe.


¿El camino de fe es siempre decreciente?
¡Claro que no! Pero de todos modos al caer, al sacar la mirada de Dios, puede que nos surja pensar que nuestro camino de relación con Él se encuentra en una caída constante, que estamos en un pozo imposible de superar. ¿Alguna vez te pasó el verte en la oscuridad, estar solo y creer que jamás podrías volver al camino de fe?
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Por suerte el Amor de Dios es infinito y más allá de que su amigo fiel lo haya negado tres veces en el momento que Él más lo necesitaba, lo perdonó. Jesús conoce nuestra debilidad humana, Él mismo dudó de la presencia de su Padre en la cruz: “Dios mío, Dios mío ¿porqué me has abandonado?”. De todos modos sabía que Él nunca lo dejaría solo, y por eso luego se entregó en Sus manos. Cristo sabe en carne propia cómo somos, y en el Amor que nos tiene es que nos perdona siempre.

El camino de fe tiene bajones, pero lo importante es reconocer que estas bajadas son barrancas que nos permiten tomar envión para volver a subir. 


¿El camino de fe es un momento o una emoción? 
Terminó Pascua Joven, terminó un retiro con el colegio, terminó el encuentro de confirmación, ¿también se terminó mi fe? “Mirá, no lo siento más, en esos momentos sí, pero ahora rezo y nada…”. ¿Te pasó alguna vez? ¿Qué sentías? ¿Qué pensabas? 
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

A todos nos pasa, porque la fe está ligada a nuestras emociones, pero gracias a Dios NO ES UNA EMOCIÓN. Si no un regalo que Él nos da y que no lo perdemosal sentirnos mal, tristes o apáticos. Sí, se nos puede hacer más difícil, pero no es la emoción que podemos vivir en un encuentro de Amor con Dios en un retiro o rato de oración, lo que marca que tenemos más o menos fe. El camino de la vida cotidiana, en el colegio, la facultad, la familia y los amigos, junto a Dios, no es un constante fuego en el corazón pero si una permanente alegría en el alma. Él está siempre con nosotros y la fe se trata de seguir avanzando tanto en los vacios como en las euforias, en los silencios como en las multitudes, con la certeza de que Cristo está a nuestro lado. 

Habiendo recorrido todas las posibles respuestas podemos unificarlas en que el camino de fe es CÍCLICO. 

Si graficamos el camino de los discípulos nos quedaría algo muy semejante al electrocardiograma que hicimos el jueves. Ellos tenían a Cristo delante suyo, y viendo sus milagros y escuchando sus palabras, también dudaron y flaquearon. 

Este regalo de la fe, que nos da Dios, podemos verlo como una caja de herramientas, que cuenta con los útiles precisos para cada momento de nuestra vida. Es importante ir llenándola con nuestras experiencias, nuestras emociones, oraciones y con cada paso que damos en nuestro camino a Dios. Tanto los buenos pasos como los malos, todos suman y completan la caja. Todos son parte de este cicloque como dijimos es siempre progresiva, porque aún en las caídas o momentos difíciles, estamos avanzando. 

Te invito a que agarres nuevamente el electrocardiograma pero ahora en vez de mirar el camino que recorriste, continúa la línea con lo que aún no pasó, lo que queda del año 2015. Proyectá cuáles serán aquellas actividades que te permitirán mantener tu mirada puesta en Dios. Se suele decir que la fe es un músculo, y que como tal hay que ejercitarlo. Así que podemos poner unas horas semanales de gimnasio, como adoración y misa los domingos, que nos van amantener en buen estado. 

También es importante saber que el camino de Cristo, no está hecho para hacerlo solos. Muchas veces el otro tendrá en su caja de herramientas lo que nosotros necesitemos,y en tantos otros momentos, nos tocará apoyar al otro, animarlo a salir de los bajones, tenderle la mano para que no se hunda y alegrarnos juntos a lo largo del sendero. ¿Quiénes son aquellas personas que te acompañan en este camino y aquellas que te gustaría acompañar?
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


San Agustín, doctor de la Iglesia dijo: “Estamos en esta vida para ser felices”. También remarcó: “Nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti, Señor”. Y como seres insatisfechos y sedientos de esta alegría en el alma, reconocemos que Dios es quien llena nuestros corazones. Nuestra fe, regalo que Él nos da, nos permite seguir el camino que Jesús nos marcó a través del cual encontramos la verdadera felicidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario