Hola, cuantas cosas… ¿No? Qué
bueno tener este momento para frenar un poco y no dejar que todo lo que estamos
viviendo nos pase simplemente por al lado. Qué bueno tener este tiempo y
aprovecharlo para agarrar las riendas de nuestra propia vida.
Miremos un poco en el día de hoy.
A la mañana la celebración de la cruz y ahora esta bajada, bastante rara, y con
tantas cosas para pensar. ¿Qué tiene que ver todo esto? ¿Qué tiene que ver
Jesús y su cruz conmigo, mi propia vida, mis problemas, mis dolores, mis preocupaciones,
mis cosas?
Hoy Jesús se entrega, le hace
frente a todo y se da a sí mismo, mira a todos y a cada uno de sus miedos a la
cara y abre sus brazos, a la voluntad de su padre, de par en par. Tal vez, es
ese el mensaje que podemos tomar, tal vez es ese el gesto que podemos imitar.
En vez de pasar de largo y seguir
corriendo ante esas cosas que hacen ruido en nuestro interior y exterior,
frenar, reconocerlas y TRANSFORMARLAS.
¿Transformarlas? ¿Transformarlas
onda, chau pasame la varita mágica y plum no están más? NO. Transformarlas no
es irte de acá sin problemas y con todo resuelto, volver a casa teniendo la
familia perfecta, el cuerpo perfecto, los amigos perfectos, siendo el mejor en
todo… ¡NO!
Transformarlas es HACER algo al
respecto de todo eso que NO TE DEJA SER VOS MISMO. Que te oprime, que no te
permite sentirte y estar bien con vos, con Dios, o con los demás. Y muchas
veces HACER algo no es necesariamente una medida drástica, muchas veces hacer
algo tiene más que ver con un cambio del alma, con PONERLO EN LAS MANOS DE
DIOS, rezarlo, ofrecerlo, tener Fe. Por supuesto que esta Fe tiene que ser una
Fe práctica, activa, una Fe que nos mueva, que no nos deje estancados.
Pedro en Lc 5, 7, ante todo lo que Jesús le
ofrece, se siente poca cosa, se asusta y le dice:
“Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos
barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de
Jesús y le dijo: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador".
Muchas veces,
y tantos años después, nos sigue pasando lo mismo. Nos seguimos sintiendo poca
cosa. Tal vez no ante Jesús, pero si ante nuestra vida. Cada uno de nosotros es
totalmente único y particular, por lo cual también así va a ser todo lo que
tengamos adentro. Hay muchas cosas hoy en día que nos pueden oprimir, la
sociedad, la estética, lo que es
canchero y lo que no, las etiquetas, los miedos, la soledad, el bajo
autoestima, lo que los demás piensen, mi familia, las cosas de mi historia que
no puedo sacar adelante, el dolor, la muerte, la sexualidad, los miedos, los
fracasos, lo que los demás esperan de mi, lo que yo mismo espero de mi, el no
sentirme querido o querida, aceptado o aceptada, etc.
Pensando un
poco en la dinámica de recién, en esos carteles que leíamos mientras bajábamos,
y sobre todo EN TU PROPIA HISTORIA, ¿Con qué te sentiste identificado?, ¿Qué es
eso que te oprime?, ¿Hay algo que no te esté dejando SER VOS MISMO? Haya estado
en uno de los carteles, o -probablemente- no, ¿qué es eso que necesitas renovar adentro tuyo?
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Cuando decimos
“RENOVAR”, suena muy lindo, pero ¿cómo?
Renovarnos, es
lo que Jesús nos ofrece muriendo en la cruz. ¿Y cómo? RESUCITANDO. Esto
significa que Jesús hoy y ahora se sienta enfrente tuyo, te mira a los ojos y
te dice:
Ofreceme toda tu carga, todo tu dolor, todo
lo que estuviste pensando, todo lo que te angustia y ni siquiera sabés bien qué
es, pone todo el dolor de tu historia en mis manos, porque esta noche, cuando
muera en la cruz, todas esas cosas van a morir conmigo, y van a volver a nacer,
porque yo soy el que hace nuevas todas las cosas
Entonces ahora
te pregunto más concreto: ¿A qué le querés dar muerte hoy en la cruz de Jesús?
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Esto, como bien dijimos, no es
borrar y solucionar todos mis problemas, sino que es aprender a quererme, a
querer lo que me tocó, lo que me pasó, lo que soy, lo que forma mi vida,
aprender a vivirlo de la mano de Jesús y EMPEZAR A CONSTRUIR MI LIBERTAD, no
dejar que esas cosas bloqueen el camino para llegar a aquello que realmente
soy, sino que, por más difícil que resulte, me enriquezcan en este camino.
Acordate: Reconocer tu historia, de la mano de Jesús, te ayuda a
transformarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario