miércoles, 23 de noviembre de 2016

Jueves a la Mañana (2016)

¡Holaa! ¡¡Bienvenido a este primer desierto!! ¿Sabés de qué se trata esto de hacer un desierto? Quizá nunca hiciste algo así, por eso te voy a explicar un poco. Quizá sí, pero te ayudo a recordarlo. Un desierto es un lugar muy lejano a nuestras casas y a nuestras realidades, es un lugar silencioso y pacífico. Es un lugar donde se puede estar en soledad y tranquilidad. Estas cosas lo hacen un buen lugar para que frenemos un poco. Para que podamos salir de nuestra rutina, alejarnos de todo y tomarnos un rato para pensar. Se dice desierto porque nos copiamos de Jesús: Él se iba al desierto solo, alejado de la gente y del ruido, para tomarse un tiempo en paz y encontrarse con su Padre. Hoy, vos estás invitado a copiarlo. Este ratito es para que puedas encontrarte con Dios y con vos mismo, y por eso es SOLO para vos. Aprovechalo.
Te recomiendo que busques un lugar cómodo donde puedas concentrarte, si la gente que está a tu alrededor te distrae, te conviene alejarte un rato; ya vas a tener tiempo para estar rodeado de gente... Ahora viví esto para vos. También te recomiendo que si te gusta alguna frase, alguna palabra o te surgen ideas a medida que lees, las escribas. Nada mejor que dejar registrado lo que nos va pasando por la cabeza.
Bueno, muy bien, empecemos saludando a Jesús, porque Él y vos son los protagonistas de este momento. Nadie más. Tratá de no pensar en los que están a tu alrededor, ni en lo que ellos piensan. Saludá a Jesús como más te guste, porque Él se muere de ganas de pasar tiempo con vos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

Como ya viste, somos un montón. Por esta razón, quiero aclararte que es muy importante que estés acá, sea cual sea la razón que te trajo. Si viniste porque venían tus amigos, porque viene la persona que te gusta, porque alguien te convenció, o porque querés encontrarte con Jesús, vale la pena que estés acá porque nadie tiene tu misma historia para contar y nadie puede aportar lo mismo que vos. Detrás de las motivaciones que te trajeron hoy, hay un Jesús invitándote y esperando a encontrarse con vos. Siempre que tomamos una decisión decimos que no a otra, por eso te invito a que pienses: ¿Qué te trajo acá? ¿A qué renunciaste para venir? ¿Por qué lo hiciste? ¡Acordate que está bueno que escribas lo que pienses!

¡Ahora te voy a invitar a hacer algo más divertido! Quiero que mires la cancha de fútbol que aparece dibujada. Como bien sabrás, siempre que se juega al fútbol se arman equipos, con posiciones y estrategias preparadas para poder enfrentarse al oponente y ganarle. A veces ganamos, a veces no...y las veces que perdemos nos pueden servir para descubrir en dónde fallamos y en qué podemos mejorar. Dibujá abajo una cancha de fútbol y te invito a que hagas lo siguiente:

1) Pensá cómo te posicionarías vos si jugaras en un equipo con tus amigos en contra de las adversidades/ dificultades del día a día. ¿Jugarías de defensor? ¿De arquero? ¿De mediocampista? ¿Cómo sería tu estrategia de juego? ¿Como grupo de amigos, contra qué juegan? ¿Qué es lo que más les cuesta hoy?
Si te cuesta imaginarte qué hace cada jugador y cuál va con tu situación, te doy una descripción cortita que te puede ayudar a guiarte, y a darte cuenta cuál es el rol que ocupás en cada aspecto de tu vida.

  • Arquero: ataja todos los goles, está a la defensiva. No ataca, porque no le nace ser agresivo, pero si lo atacan se defiende a los saltos y siempre tiene una bolea para devolver. 
  • Defensor: pone el cuerpo para cuidar a su equipo y que no pierda o salga perjudicado. Es el sostén de los delanteros, se apoyan mucho en él.
  • Mediocampista: hace que las relaciones sean lo más armónicas posible, une al grupo y genera comunicación, integra a todos y alimenta los vínculos para ganar el partido. 
  • Delantero: va de frente con sus enemigos, tiene mucha personalidad y no le importa nada lo que piensen los demás. Siempre va para adelante con sus proyectos y deseos, parece que “no lo para nadie”. 
  • Suplente: está en el banco, no es protagonista. Es más reservado, pero es servicial y sale a la cancha cuando más lo necesitan. Tiene el importante rol de cubrir al otro cuando no puede cumplir su tarea.

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2) Ahora pensá cómo te posicionarías si jugaras con tu familia contra los problemas que te rodean. ¿Delantero? ¿Arquero?

3) ¿En qué posición jugás cuando te toca enfrentarte con vos mismo? ¿Contra qué te enfrentas? ¿Cuáles son las cosas que más te cuestan?

4) Por último, pensá cómo te posicionarías si jugaras con la gente desconocida… me refiero a aquellas personas que nos cruzamos todos los días pero que no las conocemos ni sabemos bien su nombre. (el colectivo, la garita, el policía, el portero del edificio, el kiosquero, etc.)

Acordate que esto es una ayuda, no quiere decir que tengas que elegir las posiciones según lo que dice ahí, TODO lo que se te ocurra es válido.

Una vez que hayas dibujado lo que proponen las preguntas te invito a que pienses lo siguente: todos los partidos tienen un Director Técnico que se encarga de guiar al equipo. Los jugadores lo tienen como referencia y lo miran para saber qué hacer cuando se sienten perdidos. ¿Quién sería tu Director Técnico? ¿Seguís sus consejos?

En todos los partidos vemos también un participante que tiene un rol importantísimo. Este es el réferi. El que marca los errores, el que cobra las faltas, el que pone los límites. ¿Se te ocurre quién cumple el rol de réferi en tu día a día?

Por último, una de las cosas más importantes de un partido es claramente: la hinchada. Ese grupo de personas que mira el partido y desgasta su voz para alentar a sus jugadores a que sigan y den lo mejor de sí mismos. ¿Qué personas forman parte de la hinchada que te motiva a seguir?

Ya que tenés tu cancha armada quiero que pienses esto último: ¿Cómo jugás? ¿En equipo? ¿Te mandás solo? ¿Pedís ayuda a los que tenés a tu alrededor? ¿Cómo te tomás el partido? ¿Buscás ser siempre el mejor? ¿Te cuesta aceptar que a veces perdés? ¿Estás contento con tu estrategia de juego o, sentís que hay algo que no está funcionando?

Ahora que estás terminando el desierto, tengo una buena noticia para darte: NO HAY POSICIONES BUENAS NI MALAS... A veces nos sale jugar de una forma y a veces de otra. Todas las posiciones son importantes y cada una tiene algo distinto para aportar…
Pensá que pasaría si todos jugáramos de delanteros. ¿Quién defiende? Si todos hacemos lo mismo no hay partido. A veces armamos la cancha de una forma que nos lleva al triunfo y a veces perdemos por mil goles. Pero lo importante de esto es que perdiendo es cómo aprendemos. Nos damos cuenta qué es lo que está mal y podemos perfeccionar nuestra estrategia de juego. Gracias a nuestros rivales podemos aprender de nuestros errores. Gracias a los fracasos podemos crecer y autosuperarnos.
Aprovechá para escribir todo lo que te quedes pensando y si te sirve quedarte un ratito rezando ¡hacelo!
Cerremos este momento en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

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