jueves, 2 de abril de 2015

Jueves Santo a la tarde (2015)

Antes de empezar este rato de desierto y oración, te invito a ponerte en presencia de Dios: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo...

Hoy a la mañana estuviste pensando sobre tu vida, con sus altos y bajos, sus diferentes momentos, sus alegrías y tristezas. Ahora, en este rato de reflexión, te invito a volver a mirar para atrás, pero esta vez tratando de enfocar tu mirada en la presencia de Dios a lo largo de tu vida. ¡No tengas miedo! Puede parecer difícil, porque a veces Dios no se manifiesta de una forma tan clara como lo puede hacer una persona de carne y hueso. Pero te aseguro de que si empezamos a fijarnos, nos damos cuenta de que Dios está más cerca de lo que podría parecer.

Antes de empezar a pensar en tu camino de fe, es importante que entiendas que no hay una “fórmula" o receta de cómo debería ser tu relación con Dios. Como viste hoy en la reunión de la mañana, todos somos distintos, tenemos diferentes historias de vida, y esto no nos hace ni mejores ni peores que los demás. Lo mismo pasa con nuestro camino de fe, porque éste no está separado de nuestra vida, de nuestro “electrocardiograma”, sino que todo lo contrario. Entonces este desierto no es para ver si tenés la fe “ideal”, sino para que de a poco puedas empezar a reconocer las huellas de Dios en tu vida.

Hay una lectura del Antiguo Testamento que nos puede ayudar a entender mejor esta forma tan sutil en la que Dios se nos hace presente:

El profeta Elías estaba en una gruta. El Señor le dijo: «Sal y quédate de pie en la montaña, delante del Señor». Y en ese momento el Señor pasaba. Sopló un viento huracanado que partía las montañas y resquebrajaba las rocas delante del Señor. Pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, hubo un terremoto. Pero el Señor no estaba en el terremoto.  Después del terremoto, se encendió un fuego. Pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó el rumor de una brisa suave. Al oírla, Elías se cubrió el rostro con su manto, salió y se quedó de pie a la entrada de la gruta. (Reyes 19, 11-13)


En esta lectura podemos ver que Dios es como una brisa suave. Pensá en una brisa suave en el medio del verano… Muchas veces puede resultar imperceptible, especialmente en comparación con los “terremotos” o “vientos fuertes” que pueden aparecer en nuestra vida y que nos llaman tanto la atención. Pero si miramos más allá, como Elías, podemos ver que detrás de todo esto siempre se encuentra Dios pasando. Sólo es cuestión de afinar el oído y prestar atención al rumor de su brisa. Dios elije ser así para respetar nuestra libertad. Él no quiere imponerse, sino que se queda esperando a que nosotros nos acerquemos. Teniendo esta imagen presente, tomate un rato para pensar en qué momentos de tu vida podés reconocer que “el Señor pasaba”. Si podés, andá anotando lo que vas pensando…
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


Vayamos de atrás para adelante… ¿Cómo fue tu primer encuentro con Dios? ¿A través de tus papás, de algún amigo, de algún maestro? Seguramente con el tiempo fuiste aprendiendo cada vez más sobre Él. ¿Qué descubriste? ¿Qué personas o situaciones te ayudaron a conocerlo cada vez más?
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


Jesús nos dejó un gran regalo cuando estuvo entre nosotros: los Sacramentos. Estos son muy valiosos porque a través de ellos Dios se hace presente de una manera especial. Un ejemplo muy claro es la Eucaristía, donde Jesús está presente en algo tan simple como un poco de pan y vino. ¿Tuviste la oportunidad de recibir algún Sacramento? ¿Bautismo, Comunión, Reconciliación...? ¿Te acordás cómo te sentiste el día que los recibiste? 
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


Muchas veces nos da fiaca ir a Misa o ir a confesarnos, porque nos olvidamos que esos son lugares de encuentro con Dios. ¿Sos consciente de este regalo que nos dejó Jesús?
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


Además de los Sacramentos, hay muchas otras maneras en las que Dios se nos acerca de una forma especial. Cada uno de nosotros, según su personalidad, gustos y talentos, puede reconocer más a Dios en algunos lugares que en otros. Él se nos acerca de distintas maneras: personas, vínculos, paisajes, libros, gestos, charlas… ¿Cuáles son las situaciones de tu vida donde vos te sentís más cerca de Dios? Tratá de pensar en hechos concretos: ¿Te acordás de alguna charla profunda con algún amigo que haya sido especial? O capaz escuchaste algún sermón de un sacerdote que te movilizó. ¿Te pasó alguna vez de ver un atardecer y decir “Dios existe”? Si te sirve, tratá de imaginarte estos momentos y de “revivirlos”. Tomate tu tiempo, porque en estos hechos “simples” es donde a veces más nos cuesta ver a Dios, aunque en el fondo es ahí donde es más lindo encontrarlo.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


Es muy normal que a lo largo de nuestra vida vivamos momentos de más incertidumbre, donde sentimos que Dios está lejos. Hasta los grandes santos pasaron por momentos de “aridez”, donde les costaba ver a Dios. Así como muchas veces tenemos altibajos en nuestra relación con nuestra familia, amigos, o cualquier otra persona, lo mismo pasa con nuestra relación con Dios. ¿Cuáles fueron los momentos de tu vida donde más te costó mantener tu fe? ¿Por qué creés que pasó eso? A veces nos cuesta más acercarnos a Dios en los momentos difíciles de nuestra vida. O a veces sólo acudimos a Él en estos momentos y después, cuando las cosas mejoran, nos olvidamos. ¡Qué bueno sería poder perseverar con Él tanto en las buenas como en las malas!
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


Y últimamente, ¿cómo está tu fe? ¿En qué aspectos creés que podés crecer un poquito más? Nuestra fe nunca llega a un “tope”, siempre se puede dar un paso más. Tal vez en la oración, o en el amor y servicio hacia los demás… 
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


Una de las formas más lindas de reconocer la presencia de Dios en nuestras vidas es siendo agradecidos. Si lo pensamos, todo lo que tenemos es un don del Padre.  Dios se hace presente dándonos un presente, un regalo. Nuestra familia y amigos, nuestra vida, nuestros talentos, la creación entera nos muestra el amor que Dios nos tiene.


Si querés, para cerrar este desierto, tomate un ratito para agradecerle a Dios por todas estas cosas que fuiste pensando. Pedile a la Virgen María que te ayude a reconocer siempre la presencia de su hijo Jesús en nuestras vidas. 
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


En el nombre del Padre….

No hay comentarios:

Publicar un comentario