martes, 7 de abril de 2009

Lunes después de la Pascua (2009)

¡Hola! ¿Cómo estás? Que silencio, ¿no? Por mas grande que sea tu familia, o por mas lleno que valla ese vagón de tren, que solos estamos comparando con esos días de Pascua Joven. Ahora nos juntamos nuevamente para recordar la Pascua y rezar un rato juntos. ¡Que fiaca ya paso la pascua!, sólo con escribirlo me da nostalgia. Pero bueno, nos queda la parte más linda de Pascua, y las mas difícil también, la vuelta a casa. Acá si te quiero ver, ¡EH! Ja, es fácil ser bueno en un retiro, ¡¿Y AHORA?! No se preocupen no es todo malo, a todos nos cuesta, todos tenemos una hermanita, un viejo, una profesora o un jefe medio pesado y molesto.


Así que, dejemos la nostalgia de lado, olvidémonos un ratito de nuestros problemas y hagamos este desierto. ¿Se acuerdan que quiere decir desierto? Si, buenísimo, así no se los tengo que repetir yo también. Je


Les voy a hacer una invitación, ¿Dónde estás? En tu cama muy cómodo, en un sillón, en el colegio... bueno ponete cómodo, pero esa comodidad de Pascua, ¿eh? SI, sentate en el piso, anda al pasto si tenés, apoyate en una pared, como quieras pero volvamos a la simpleza de los desiertos de Pascua.


Bien, ahora no tenemos forma de desconcentrarnos, empecemos. Hacemos la señal de la cruz, rezamos un Padre Nuestro para que Dios nos acompañe, escucha alguna canción de Pascua si querés... y ¡LISTO! Empecemos…


¿Sabías que? Jesús puede vivir con vos toda la semana, SI TODA.

Dios mando a su Hijo al mundo y no vino sólo para el sano, para el perfecto, el que la tiene clara, NO, Dios se hizo hombre para salvar a todos, a NOSOTROS, los pecadores, los que nos mandamos macanas, los que nos caemos, pero tenemos ganas de levantarnos. Acabamos de terminar una experiencia UNICA, cuantos éramos ¿2000?, ¿mas? ¡Que locura!, toda esa gente piensa como yo, toda esa gente quiere “cambiar el mundo”, todos ellos quieren llevar a Jesús a sus vidas, sus familias, sus boliches, colegio, novias/os, ¿Se puede? SI.. Repetítelo ¡¿SE PUEDE?! SI


Jesús no nos deja solos, nos deja el Espíritu Santo ¿no lo ves? Acordate de esas 2000 caras, de esos testimonios, de esas misas. Dios no nos da el árbol, nos regala muchísimas semillas, para que nosotros plantemos.


Pero nosotros tenemos que animarnos, se acuerdan de “animarse a más”. Anímense, animémonos a llevar la cruz afuera, a ponerse la camiseta de cristianos, y no sólo esa que llevan el Padre Agus o Pancho, sino los que llevamos muchos jóvenes que tratamos de vivirlo todos los días. Y les reconozco, no es fácil, pero te hace MUY feliz. Anímense a misionar, a experimentar el amor de Dios, a vivir cada palabra de la misa, a adorarlo, a ver a los otros como mis hermanos y tratarlos como tal, a hacer las cosas como las haría Jesús.


Pensemos un rato en la vida terrena de Jesús, nace en una nación de judíos, donde tenían reglas y mandamientos para todo. Un día aparece un hombre común y coriente, hijo de un carpintero, sencillo, simple y empieza a decir que era el hijo de Dios.


Jesús en su época, a veces lo veían como un loco, y nosotros hoy por seguirlo somos tildados de locos. ¿Vas a misa? LOCO, ¿Hacés Adoración una hora a la semana? LOCO, ¿Te confesas cada dos meses? LOCO, ¿Un vaso menos de cerveza? LOCO, ¿Te animas a divertirte sin la “adicción” del Alcohol? LOCO, Decirle “te quiero mucho” desde lo hondo del corazón y no para chamullártela/o, a tu chico/a? LOCO, ¿Agradecerle a Mamá y Papá por todo lo que me dan? LOCO, LOCO, LOCO… ¿Ir a Pascua Joven? ¡Nahh, estás enfermo de la cabeza!


¡Jesús estaba loco, pero loco de AMOR por su Padre Dios y por el hombre, o sea por nosotros!, y hoy ¡nos hacen falta locos de Amor! Jóvenes desafinados, que se animen a ir contra la corriente, que piensen en los demás, que regalen sus sábados al servicio de otro, que se animen a dar confirmación, a ser solidarios, a rezar, a vivir para el otro, enamorados del Amor, llenos de Esperanza, buscadores de la Paz, sedientos de Justicia, libres de prejuicios y odios, espontáneos, alegres, dulces, fuertes, entregados, cariñosos, jóvenes que aunque se caiga se quiera levantar, Jóvenes que SIGUEN aunque el mundo los quiera frenar.


WOW! Será fácil, será difícil. Esto lo vas a averiguar probándolo, y que mejor que ahora, recién salido de pascua, estas en llamas, ¡APROVECHALO! Como decía el obispo hace un par de años, aprovechemos a planear el cómo perseverar, como evitar que esta llama se apague, aprovechemos ahora que acabamos de vivir la Pascua, ahora que sé que Jesús resucito por cada uno de nosotros. Buscá momentos en tu vida cotidiana para rezar, para juntarte con esos “amigos en Jesús” que quieren llevarlo a Él en su pecho todos los días. Hace de tu oración y encuentro con Jesús un espacio para querer y disfrutar, Dios no es un Dios aburrido, es un Dios alegre, que por sobre todo quiere nuestra felicidad.


¿Te pasa como a muchos otros que tratamos de encontrar la felicidad en lugares equivocados?

Tantas veces buscamos la felicidad en lo material, en el tener o no tener, dejándome llevar por lo que quieren o hacen otros y no lo que quiero yo. Siendo uno más del montón sin distinguirme, sin sobresalir, viviendo para demostrar al otro. Como si mi vida estuviera siempre en una vidriera, acosado por la vista de todos, por sus juicios y la aprobación de los demás. Haciendo cosas que no me enorgullecen, hasta tal punto de llegar a arrepentirme al día siguiente. No importa cuál sea tu debilidad: el alcohol, alguna adicción, el comprar, el egoísmo, el orgullo, la falsedad, la discriminación, el criticar, el no respetar al otro, no apreciar lo que tengo, en fin, cada uno tienen su Zaqueo interior, TODOS a fin de cuenta somos en algún momento como Zaqueo. Pero esta en nosotros el COMO encarar nuestras debilidades.


¡NO TE PREOCUPES! Jesús nos vuelve a elegir con el mismo amor que nos creo nuestro Padre. Dios nos creo a su imagen y semejanza. Nos creo varón y mujer, nos creo en serio y no en serie, cada uno de nosotros es diferente, con sus virtudes y sus defectos y Dios nos ama a todos por igual. Dios te quiere tal cual sos, ¡Anímate a quererte vos también! No hay un molde para que Dios te quiera más o menos, ¡déjate querer! Pero para eso tenes que aceptarte, amarte. Todos tenemos cosas malas, todos queremos cambiarlas, y en la mayoría de las veces nos es difícil y nos cuesta mucho. Anímate a invitar a Jesús en tus debilidades, ofréceselas, pedile que te ayude, porque sabes que el YA está ahí.


A todos nos gustaría agarrar el ladrillo y tirarlo bien lejos, ¡Pero NO! Jesús nos invita a hacer lo contrario. Ese ladrillo es gran parte de mi vida, pesada, sucia muchas veces, llena de sufrimientos, donde el camino fácil seria olvidarnos de nuestros problemas. Obviando nuestras debilidades. Lo único que logramos con esto es crear una imagen mía que no es la real, estamos hechos de carne y hueso, las debilidades SON parte nuestro, y es ahí donde Jesús quiere resucitar, es ahí donde crece nuestra Fe, donde mas está presente Jesús. Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad” (2 Corintios 12,9). Jesús se glorifica en nuestras debilidades. Y que mas difícil que hacerlo entrar a Jesús en esos momentos.


Por suerte, o esas Diosualidades (casualidades de Dios), Jesús no nos deja solos, ¿Nos cuesta verlo? Bueno hagamos un ejercicio, miremos a la gente que nos rodeó en Pascua, agarra las cualidades mas lindas de cada uno. Juguemos a armar una persona, escribí si queres. Y ¿Como quedo? …


¡Buenísimo!. Ahí esta Jesús, esa podría ser una imagen bastante próxima a Jesús. Y Él se representa a través de estos amigos o nuevos amigos, que pasan a tener un nombre que define la amistad de una forma muy especial, amigos en JESÚS. Son amigos que se la juegan, en los cuales podes confiar ciegamente, los cuales van a estar siempre ahí al alcance de un llamado, abiertos a compartir unos mates, una charla, a compartir una vida. Lo especial es que ambos comparten ese amor por Jesús, ambos quieren seguirlo cueste lo que cueste, ambos saben que quizás van a caer, pero Él los va a perdonar. Y ojo, no son perfectos, así que a tener paciencia y a encarar la vida con amor.


Bueno para ir terminando este desierto de lunes, no importa si es domingo a las cuatro de la tarde, o lunes a las tres de la madrugada, o mismo puede ser que sea septiembre, lo importante es que te animaste a abrir el cancionero y hacer el desierto.


Este desierto nos puede servir para darnos pilas y para tratar de seguir este camino de felicidad que varios empezamos en pascua, o si lo abriste en otro mes y te encontras medio perdido, leerlo te va a remontar a la Semana Santa, a esos 5 días que viviste junto a estos LOCOS, y ojala te sirva para darte un empujón, para animarte a hacer eso que estas dudando, para seguir misionando en tu día a día.


Acordate que no importa en que estado estés, cerca o lejos de Jesús, “nadie te ama como El”, seguite animando a elegirlo, sin importar las “cosas” que te hayas mandado, que te mandes o te sigas mandando. Siempre acordate que si por esos lios que tenemos no lo podes ver, siempre va a haber un Sicómoro, que en este caso fue la Pascua Joven, pero pueden ser tus viejos, un retiro, un amigo en Jesús, una prueba de vida, o cualquier otras cosas, que te ayudan a verlo a Jesús mas claramente, anímate a estar atento a estas cosas.


Ahora si por ultimo, les quiero recomendar unas cosas para hacer cuando anden medio bajoneados. Primero, transcriban el “La misión universal de los apóstoles” (Mt 28,16-20), pero con lo vivido en pascua y su misión para este año. Segundo escuchen la canción “Sigue” de Martín Valverde. Y Tercero busquen en Internet los textos “Baila como si nadie te estuviera viendo” y “Superarse a si mismo” (están siempre los que usan …)


Bueno ahora si, les deseo lo mejor para este 2009, acuérdense que Jesús “Me amo y se entrego por mi”. Los esperamos en Pascua 2010, y rómpanla este año.

domingo, 5 de abril de 2009

Sábado a la tarde (2009)

Un día cualquiera te levantas y con una mezcla de sueño, hambre y fiaca te ponés el uniforme y salís al colegio. Es un día de humedad típico de Buenos Aires, el cielo está bastante nublado. Te colgás los infaltables auriculares y caminás hacia el colegio. En la cabeza se mezcla la música que escuchas y las unidades que entran en el oral de Geografía que te van a tomar dentro de un rato… A medida que pasan las cuadras te jurás que esta es la última vez que vas a rendir sin estudiar.


Pensando en todo esto cruzás la calle casi sin mirar y cuando estás por llegar a la vereda escuchas un grito de ¡CUIDADO! sumado al ruido de una bocina que te parte los oídos. Instintivamente mirás hacia la derecha y lo ves: un camión a menos de dos metros…


Acto seguido no ves ni escuchás nada más…


Muchas veces escuchaste que en situaciones como esta ves pasar tu vida frente a tus ojos como si fuera una película. ¿Será cierto que esto pasa? Imaginemos que sí.


-¿Cómo sería tu película?

-¿Qué momentos no podrían faltar? ¿De quién te acordarías?

-¿Cómo te sentirías? ¿Tranquilo? ¿Desesperado? ¿Te arrepentirías de algo?

¿Te quedarías con ganas de haber hecho algo que no hiciste?

-¿Te faltaría haber perdonado a alguien? ¿O pedir perdón?

Pensá bien en estas preguntas, pensá que cosas de tu vida hubieras querido que fueran de otra forma…

-¿Te gustaría haberte relacionado con los demás de otra forma?

-¿Con tu familia? ¿Tus amigos?¿con tus compañeros del colegio?


Tal vez te arrepentís de no haber aprovechado todo lo que tuviste, la posibilidad de ir al colegio, de tener algo que comer, un lugar donde vivir… muchas veces nos olvidamos de estas cosas y en situaciones extremas como la que estás viviendo te das cuenta de lo mucho que tenés. Uno suele no darse cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde. Y el camión está cada vez más cerca…


Volvamos a la historia…Todavía no sabés cómo, pero en un segundo llegaste a saltar y alcanzaste la vereda, desde el piso escuchas el camión pasar atrás tuyo, pero vos estás bien, te quedás un rato tirado mientras pensás “estoy vivo” “¡ESTOY VIVO!”

. . .

A partir de ahora tenés dos opciones: podes tomar esto como una anécdota más y seguir con tu vida normal, o podes pensar que HOY es el primer día del resto de tu vida.


Bueno los invito a leer estos versículos a ver si te ayudan a pensar un poco más… Leélos despacio que nadie te apura, fijate si te sentís identificado con alguno y si querés escribí qué es lo que te identifica. No te olvides que es Palabra de Dios y que Él te va ayudar a masticarlos. Leelas haciéndolas propias, métete con cada uno de los personajes.

Subiendo a la barca, pasó a la otra orilla y vino a su ciudad. En esto le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: ¡ Ánimo!, hijo, tus pecados te son perdonados. Pero he aquí que algunos escribas dijeron para sí: Este está blasfemando.
Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate y anda"? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados dice entonces al paralítico: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". Él se levantó y se fue a su casa. (Mateo 9, 1-7)


Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: Si quieres, puedes limpiarme. Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: Quiero; queda limpio. Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio. Le despidió al instante prohibiéndole severamente: Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio. (Marcos 1, 40-44)


Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: Effatá, que quiere decir: ¡Abrete! Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y decían Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos. (Marcos 7, 31-37)


Llegan a Betsaida. Le presentan un ciego y le suplican que le toque. Tomando al ciego de la mano, le sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntaba: ¿Ves algo? Él, alzando la vista, dijo: Veo a los hombres, pues los veo como árboles, pero que andan. Después, le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente y quedó curado, de suerte que veía de lejos claramente todas las cosas. Y le envió a su casa, diciéndole: Ni siquiera entres en el pueblo. (Marcos 8, 22-26)


Estaba un sábado enseñando en una sinagoga, y había una mujer a la que un espíritu tenía enferma hacía dieciocho años; estaba encorvada, y no podía en modo alguno enderezarse. Al verla Jesús, la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía a la gente: Hay seis días en que se puede trabajar; vengan, pues, esos días a curarse, y no en día de sábado. Replicóle el Señor: ¡Hipócritas! ¿No desatan del pesebre todos ustedes en sábado a su buey o su asno para llevarlos a abrevar? Y a ésta, que es hija de Abraham, a la que ató Satanás hace ya dieciocho años, ¿no estaba bien desatarla de esta ligadura en día de sábado? Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban confundidos, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía. (Lucas 13, 10-17)


Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa. Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.
Al verlo, todos murmuraban diciendo: Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador. Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo. Jesús le dijo: Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido. (Lucas19, 1-10 )


Tal vez no hace falta que medites todos los textos. Elegí uno, con el que te sientas más identificado… y tomate tu tiempo, profundizá. Es posible que estas preguntas te ayuden…

-¿Con qué personaje te sentís más identificado? ¿Con qué situación?


-¿Qué sensaciones te despierta este encuentro con Jesús? ¿Sus palabras, su mirada?

-¿En tu vida qué es lo que Jesús transformó? ¿Lo pudiste ver a Él en ese momento?

-¿Cómo te imaginas que sería tu vida luego de un encuentro con Jesús?

-¿Cómo aprovecharías este nuevo regalo de Dios? Esta nueva vista, esas piernas fuertes, esos oídos atentos...

-¿Tenés algunas cosas que todavía Jesús no haya transformado? ¿Cómo pensás que Él puedo ayudarte?


Al igual que Zaqueo, el encuentro con Jesús es pleno, transformador. Él vino a buscarte a vos, no te olvides de eso. Él quiere transformar tu vida, para que pueda ser más plena, más alta, más contagiosa. Las situaciones del día a día en las que nos podemos encontrar con Jesús son muchas, es difícil poder verlas pero con ejercicio se consigue. Pero empezando desde hoy, desde su resurrección, desde su nueva vida junto a tu NUEVA VIDA.


Hoy es el primer día del resto de tu vida.

Ya falta muy poco para que este camino que empezamos el miércoles termine. En un par de horas vamos a celebrar la resurrección de Jesús, y junto con Él resucitamos nosotros también. Todas estas cosas que estuviste pensando en estos días, estas cosas que te hacen mal, que te duelen, que te lastiman pueden cobrar otro sentido en la cruz. Jesús murió por nosotros, cargando con todos nuestros pecados. Nosotros decidimos si resucitamos con Él, o si seguimos en la misma. Tenemos la oportunidad para cambiar nuestras vidas, Jesús nos ama con todo lo que somos, con lo bueno y con lo malo que tenemos, y nos da la posibilidad de sacar todo eso que no queremos, nos PERDONA TODO.Lo único que nos pide es que querramos su perdón, que lo pidamos…


Pedile perdón a Jesús por todo lo que te aleja de Él… Pensá en todo lo que querés que te perdone… Tomate un tiempito para esto.


Quedate tranqui, Él siempre perdona, siempre que se lo pidas. Siempre nos da una oportunidad más, siempre nos da su perdón. Pero OJO, tampoco es cuestión de hacer todo mal y pedir perdón todas las noches, no funciona así. No se puede hacer borrón y cuenta nueva todos los días antes de ir a dormir… Pedir perdón significa ARREPENTIRSE Y CAMBIAR DE ACTITUD. O por lo menos intentar cambiar de actitud, pero intentarlo en serio, con voluntad como hizo Zaqueo…Tal vez ya pudiste acercarte a un sacerdote para confesarte durante la pascua o en los días anteriores, si no pudiste, no dejes de celebrar el sacramento de la reconciliación cuando vuelvas a casa…


Pedile a Jesús que te dé la voluntad para cambiar todo eso que quieras cambiar…


Como te dije antes, en un rato nuestro amigo va a resucitar y nos da la Vida Nueva, tu Vida Nueva, ¿Cómo va a ser tu nueva vida? No hace falta que te salves por poco del camión para empezar a vivir de una forma distinta, sólo hace falta quererlo, QUERER CAMBIAR. Y si de verdad querés cambiar, si realmente tenés ganas de vivir el resto de tu vida de una forma diferente, sólo tenés que pedírselo al Padre. El encuentro con Jesús es lo que provoca el cambio verdadero. Ya te dije que Él nos da siempre una oportunidad más, y ahora la tenés… Pensá cosas concretas que puedas hacer en el día a día, más allá de hacer tu cama o lavar los platos en casa, cosas que te hagan crecer a vos cada vez un poco más, que hagan crecer tus alas y así volar cada vez más alto. Siempre se puede mejorar es cuestión de pensar qué y cómo podemos hacerlo, dale escribilo…


Esta nueva forma de vivir el resto de tu vida, ofrecela en la Misa, que ya falta muy poco…La Pascua Joven esta terminando, pero tu Nueva Vida está a punto de empezar porque Jesús quiere que pases con Él a una vida nueva, una Vida en abundancia…Arranca mañana al mediodía cuando vuelvas a tu casa, habiendo celebrado y sabiendo que Jesús triunfa, que su amor es más fuerte que el pecado y la muerte… Ahí empieza el verdadero desafío.


“Siento que algo se termina, debe ser que algo está por comenzar…”


Te propongo que te quedes charlando un rato más con Jesús, que te prepares junto con Él para la misa que estamos por celebrar todos juntos… Trata de quedarte un rato más rezando todas estas cosas que surgieron durante el desierto, es el último de la Pascua, aprovechalo al máximo…


Y ahora sí, ya estás listo, listo para empezar con EL PRIMER DÍA DEL RESTO DE TU VIDA…

Sábado a la mañana (2009)

¡Hola! ¿Cómo va? ¿Cómo estas viviendo esta Pascua? Espero que bien cerca de Jesús. Bueno supongo que a esta altura de la Pascua ya debes tener idea que es y como se hace un desierto, igual nunca esta de más recordarlo. Primero que todo anda a un lugar tranquilo donde sepas que nadie te va a distraer, sentate bien así no te quedas dormido, es muy importante que aproveches estos momentos de oración y encuentro con Jesús por que realmente son únicos! Bueno una vez que estés en un buen lugar y bien acomodado te invito a que le pidas al Espíritu Santo que te ilumine y te guíe, y así te ayude a hacer este desierto bien a fondo para tener un profundo Encuentro. Tomate tu tiempo, respira hondo, cerra los ojos y pedí al Espíritu su Presencia.


Bueno me parece que ya estamos listos para empezar. Anoche estuviste en el vía crucis y pudiste ser testigo del sufrimiento de Jesús hasta su muerte en la Cruz. También lo estuviste acompañando en el sepulcro donde fue enterrado, en donde todo parece que termina, con la muerte. Sus amigos más cercanos lo abandonaron y lo traicionaron. Casi todos lo dejaron solo en el momento mas duro de su vida. Pero sin embargo El quiso que así sea para demostrarnos el AMOR que nos tiene y que lo llevo a entregarse por cada uno de nosotros. Jesús murió por vos pero no por tu culpa o por tus errores, murió porque nos ama tanto que ofreció su vida para liberarnos del pecado y así regalarnos la Salvación.


A continuación tenés un cuento que te va a ayudar a entender un poco mas este misterio de Amor que es la entrega de Jesús por nosotros.


Un día Satanás y Jesús estaban conversando. Satanás acababa de ir al Jardín del Edén, y estaba mofándose y riéndose diciendo:

Si Señor. Acabo de apoderarme del mundo lleno de gente de allá abajo. Les tendí una trampa, usé cebo que sabia que no podrían resistir. Cayeron todos!

¿Que vas a hacer con ellos? Preguntó Jesús.

Ah, me voy a divertir con ellos. Respondió Satanás. Les enseñaré como casarse y divorciarse, cómo odiar y abusar uno del otro, a beber y fumar y por supuesto, les enseñaré a inventar armas y bombas para que se destruyan entre sí. Realmente me voy a divertir!

¿Y qué harás cuando te canses de ellos? Le preguntó Jesús.

Ah, los mataré. Dijo Satanás con la mirada llena de odio y orgullo.

¿Cuánto quieres por ellos? Preguntó Jesús.

Ah, tu no quieres a esa gente. Ellos no son buenos. ¿Por qué los querrías tomar. Tú los tomas y ellos te odian. Escupirán a tu rostro, te maldecirán y te matarán. Tú no quieres a esa gente!!

¿Cuánto? Preguntó nuevamente Jesús.

Satanás miró a Jesús y sarcásticamente respondió:

Toda tu sangre, tus lágrimas, y tu vida.

Jesús dijo: HECHO!

Y así fue como pago el precio.


Bueno acá se ve el misterio de cómo Jesús que vino “a amar a los suyos hasta el extremo” (Jn 13, 1) nos amo tanto que dio absolutamente todo, simplemente por amor a los hombres. No le importa que muchas veces caigamos, lo neguemos como Pedro o lo traicionemos como Judas porque El nos ama a pesar de todo, solo tenemos que responderle a ese Amor infinito y gratuito. El ya dio el gran primer paso, ahora somos nosotros los que tenemos que contestarle.


Por otro lado hace un rato estuviste haciendo una dinámica acerca de la importancia de las personas que te ayudaron a acercarte a Jesús. Así como con los miembros de tu grupo se fueron ayudando entre todos para llegar a la caja donde estaba Jesús, en nuestra vida pasa muchas veces lo mismo, necesitamos de los demás para llegar y mantenernos cerca del Señor. Necesitamos de su apoyo y aliento para lograrlo. Por eso te pido que una vez más cierres los ojos y pienses en todas esas personas que de una u otra forma a propósito o inconscientemente fueron “sicomoros” en tu vida, que te ayudaron a ver a Jesús, a llegar a El. Dale gracias a Dios por el regalo de haberlos puesto en tu camino. Tomate tiempo, pensa en sus caras, en sus ojos, pueden ser tus viejos, algún amigo, tu novio/a o por ahí alguien a quien casi no conoces. Agradécele. Pensa en cada uno y agradécele.


Ahora te propongo que lo hagas al revés, pensa en qué situaciones vos transmitís a Jesús con tu vida, cuantas veces le mostras el rostro de El a los demás. ¿Cuando fuistes un sicómoro en la vida de demás? ¿Te animas a transmitir y mostrar a Jesús con tu vida? ¿En que situaciones? ¿Te animas siempre a hacerlo? Tomate tu tiempo para reflexionar todo esto. ¿Pensas que ayudaste a alguien a acercarse a Jesús?


Y una vez que te encontras con Jesús cara a cara ¿cual es tu respuesta? ¿Sos de esos que piensan que todo esta perdido y ni vale la pena esforzarse por intentar cambiar y ser mejor? O te parece que esta bien lo que El te propone pero el entusiasmo te dura una semana y enseguida te olvidas de todo? O pensas que seguir a Jesús es para los santos de los altares y que vos no vas a poder y por eso ni intentas? O capaz, y ojala así sea, sos de esos que realmente se animan a seguir a Jesús, a ir contra la corriente, a hacer las cosas bien aunque cueste y sea difícil? Tenes que saber que con Jesús todo es posible que con su ayuda y la de esos “sicomoros” de la vida podemos seguirlo y ser salvados. Solo con Jesús se puede, nosotros por naturaleza somos débiles y nos tropezamos y equivocamos el camino por eso nuestra fortaleza debe estar en el Señor, en Jesús nuestro mejor Amigo. Apoyándonos en El y en los sicomoros que El va poniendo en nuestra vida tenemos que lograr seguirlo. Alguna vez escuche por ahí que ser cristiano no es una carrera de velocidad, sino de resistencia y o sea no se trata de llegar lo mas rápido posible a algún lado sino aguantar, resistir y pese a las multitudes que no nos dejan ver, seguir adelante confiando en Dios. Poniendo la mirada en El y sabiendo que siempre va a querer lo mejor para nosotros.


Por ultimo te invito a que vivas estas últimas horas de Pascua “esperando contra toda esperanza” como dice la canción, sosteniéndote en la espera y sabiendo que a pesar de que Jesús se entrego por vos anoche y murió, Él va a vencer a la muerte y va a Resucitar. Nuestra Fe nos asegura esto, y que además Él va a resucitar en cada uno de nuestros corazones para que podamos nosotros también resucitar a una vida nueva y nos haga hombres y mujeres nuevos.

sábado, 4 de abril de 2009

Viernes a la tarde (2009)

Una vez más nos encontramos. Me imagino que ya encontraste un lugar para estar solo, en el que no te distraigas y donde puedas hacer silencio para escuchar lo que Jesús tiene para decirte. Ya elegiste el lugar, tenes el cuadernillo, algo para escribir… pero falta alguien! Falta la persona a la que tenés que escuchar, asique pongámonos en presencia de Jesús para que sea Él quien hable y vos quien escuche:


Señor, dame el Don del Silencio:

El don de saber oírte a Ti

Y de poder encontrarme a mí.

El don de poder detectar tu voluntad

Y de saber hallar mi debilidad.

De saber pedir perdón, de abrirme a tus misterios

Y de librarme de mis pecados.

Hazme hallar ese silencio de plenitud,

Que es la palabra tuya.

Haz, Señor, que con tu verdad y tu amor

Me compenetre.

Dame tu silencio

Dios: ábreme los oídos interiores

Para que te metas Tú por toda mi alma,

Y en tu luz se me apaguen

Todas las voces del dolor exterior.

Señor, si me das el silencio

Me conoceré y Te conoceré…

Yo quisiera que fuese así, Señor,

Porque quisiera comenzar a ser, de veras, hijo tuyo.

Amén


Hoy a la mañana estuvimos trabajando el tema del perdón. Pensamos en todas esas cosas por las que deberíamos pedirle perdón a Jesús y vimos como así nos íbamos acercando a Él. También reflexionamos sobre el perdón con nuestros familiares y amigos, a quienes les debemos una disculpa y a quienes todavía no pudimos perdonar (hay que reconocer que muchas veces para perdonar a alguien se requiere un trabajo difícil e importante, pero lo primero es estar dispuestos, tener ganas, y ofrecérselo a Dios). Parecería que ya está todo ¿no? Hablamos de Dios, de los demás…. Pero falta alguien…. Falta el perdón de alguien sin el cual es casi imposible seguir… ¿Se te ocurre quién es? Te doy una pista: está acá en Pascua Joven, también está haciendo el desierto, va por la misma parte que vos, pensó en las mismas cosas…. ¿Lo descubriste? SOS VOS!!!


Muchas veces perdonamos a todos, hacemos las paces con todos menos a nosotros mismos ¿Hay cosas tuyas que todavía no pudiste perdonarte? ¿Cuáles? Tomate tu tiempo para reflexionar todas esas cosas que hiciste, o no hiciste, que todavía te pesan en la conciencia. Quizás lastimaste a alguien, o traicionaste a un amigo, o a vos mismo. O por ahí fue algo que no hiciste, no defender a alguien que querés o serle indiferente al dolor ajeno. Tomate tu tiempo para pensar, y si podés escribí todo, eso siempre ayuda a ordenar tus ideas.


¿Por qué te cuesta tanto perdonártelas?

¿Sos demasiado exigente con vos mismo?

¿Crees que el otro no te va a perdonar tampoco?

¿Te olvidas de que Dios te perdona?


Pensá tranquilo que es lo que impide que a veces estés en paz con vos mismo…

Muchas veces dejamos nuestra mirada en el pasado, en lo que hicimos, en lo mal que nos portamos y nos atamos a eso. Nos quedamos atados en nuestro sentimiento de culpa y de traición. Pero recordemos a Zaqueo. Zaqueo era un desastre, estafando a todo el mundo, creyéndose superior a los demás, siendo corrupto como él solo. Y Jesús lo llama a su encuentro. Si lo pensamos le debería haber dado vergüenza responder a este llamado y mirarlo a la cara, con todo el pueblo de testigo. Ese pueblo que con sus murmullos tiraba para abajo y no le daba la oportunidad de cambiar.


¿Sentiste vos también alguna vez que la gente no confía en que podés ser mejor?

¿Que nadie te da la oportunidad de cambiar?

¿Les creíste o lograste hacer oídos sordos a esos murmullos que no hacen más que tirarnos abajo?

¿Sos a veces vos el que no le da una oportunidad a otro? ¿El que comenta los errores del otro no para ayudarlo a mejorar sino por el simple hecho de criticar?


Así como nosotros tenemos que aprender a no hablar de más, a no focalizarnos en los errores de los demás a menos que sea para darles una mano, también tenemos que aprender qué cosas tomar de lo que los demás dicen y qué cosas dejar. Muchas veces hay comentarios que lo único que hacen es tirarnos abajo y desmotivarnos en vez de impulsarnos a superarnos.


Zaqueo logró ignorar esos murmullos, dejó de lado todo lo que no le permitía crecer, y poniendo el foco en Jesús, acudió a su llamado, dejó que Él se adueñe de todos sus pecados y depositó en Él todas sus miserias. Sólo haciendo esto LOGRÓ PERDONARSE A SÍ MISMO. Aceptó lo que había vivido y lo utilizó como un medio para crecer. Así fue como decidió dar la mitad de sus bienes y darle cuatro veces más al que había perjudicado. Zaqueo no se quedó en su pasado, no se ató a él sino que decidió ir más allá. LOGRA PERDONAR SU PASADO PARA PODER CONSTRUIR SU FUTURO.


Analicemos una confesión: generalmente nos cuesta mucho enfrentar ese momento. Nos da vergüenza reconocerle al sacerdote las macanas que nos mandamos. Tratamos de patear ese momento para más adelante y, cuando finalmente lo enfrentamos, nos cuesta mirar al Sacerdote a los ojos. ¿Te pasa? ¿Por qué pensas que puede ser? En esta instancia la culpa aparece porque nosotros somos el centro. Tengo la mirada puesta en MI pecado, en MI debilidad. Y eso, inevitablemente nos da culpa y nos bajonea. Pero en la confesión JESÚS pasa a ser el centro. Es su amor y su misericordia la que se manifiesta, al igual en el encuentro de Zaqueo y Jesús. Y de ahí lo que surge es la serenidad, la paz y la alegría de tanto amor desinteresado, del perdón, del poder volver a empezar. En la confesión Jesús se hace cargo de nuestros pecados, “le pasamos la mochila” y logramos sentirnos más livianos.


Pero muchas veces pensamos que nuestros pecados lo van matando a Jesús. Que esa mochila que nosotros nos sacamos de encima y le pasamos a Jesús es lo que lo llevó a la cruz; que Él muere por nuestra culpa. ¿Sentiste eso alguna vez? ¿Cuándo? Seguramente escuchaste más de una vez que Jesús murió por tu pecado, que el pecado del hombre fue lo que lo mató. Pero esto no es así. Pensar que Dios murió por culpa nuestra, porque nosotros decidimos que así tenía que ser, es rebajarlo a Él y ponernos por encima a nosotros. No fuimos nosotros quienes lo matamos sino Él quien decidió morir, pura y exclusivamente por amor. ¿Cómo Dios, omnipotente, creador, infinito, va a morir porque el hombre así lo quiso? Dios no mando a su hijo al mundo para que el hombre hiciera con Él lo que quisiera; lo mandó aún sabiendo lo que el hombre le iba a hacer. Fue Él el que decidió entregarse y no para que sintiéramos culpa por ello sino para borrar nuestras culpas. Ese es el sentido de la cruz.


Y cuando Jesús carga con nuestras cruces, con nuestros ladrillos, es porque con Él quiere que esas cosas también mueran, para que podamos empezar de nuevo. No tenemos que quedarnos atados a las cosas que hicimos mal y que aun no podemos perdonarnos. Jesús ya nos perdonó, ahora falta nuestro perdón. Falta que junto con Él mueran todas esas cosas que nosotros todavía no dejamos morir y que nos hacen mal. Esas piedras que hacen más pesado tu camino, ese sentimiento de pesadez interna y la vergüenza de mirar a alguien a los ojos: a algún amigo, familiar, incluso a mirarte a los ojos a vos mismo frente al espejo, o de mirar a los ojos a Jesús. Así como Zaqueo, tenemos que depositar nuestras culpas y miserias en Jesús, para que la cruz las transforme. Tenemos que lograr desprendernos de ese sentimiento que lo único que hace es dejarnos atados al pasado, en vez de hacernos crecer. Tenemos que dejar morir esas cosas en la cruz para que puedan resucitar el domingo, para que nosotros también podamos renacer. No se trata de no hacernos cargo de nuestros pecados y nuestros errores, de mandarme cualquier cantidad de macanas y después no hacerme cargo, sino de transformar mis debilidades. Seguramente alguna vez le dijiste a algún amigo “Superalo!” hablando de de algún conflicto o situación del pasado. De esto se trata… superarlo, usarlo como un escalón para llegar más alto y parecernos más a Jesús.


Te propongo para terminar que hagas una oración depositando en Jesús todas las cosas que te dejan atado a tu pasado, a las cosas de las que te arrepentís. Te invito también a que, si todavía no lo hiciste, y puedas vayas a confesarte, pero si no llegas en Pascua hacelo cuando vuelvas a tu parroquia con el sacerdote de tu comunidad y así puedas vivir una verdadera Resurrección y Pascua en tu vida.