lunes, 7 de abril de 2008

Lunes después de la Pascua (2008)

Bueno ya estás en casa otra vez. No más bolsa de dormir, no más ducha de agua a veces caliente a veces no tanto…, no más comer en el piso, no más testimonios, ni charlas del obispo, ni representaciones, ni trabajos en grupo… Seguro llegaste a tu casa, te pegaste la ducha de tu vida, saludaste a tu familia y te tiraste a dormir. Disfrutaste el baño y la siesta como pocos en tu vida pero cuando te despertaste… que silencio no? Y ahí te diste cuenta que en realidad no tenías taaantas ganas de volver a tu casa. Te diste cuenta que extrañas Pascua Joven. Tratas de contárselo a tus amigos, a tu familia pero como no estuvieron no te entienden y lo que estás tratando de explicar es inexplicable. Estás lleno de Jesús, lleno de amor y no te podes quedar callado, queres trasmitirlo.

Bien amigo AHORA empieza el verdadero desafío, AHORA… Sería muy fácil vivir siempre de retiro. AHORA tenes que llevar Pascua joven a tu vida. AHORA tense que llevar a Jesús a tu vida. Dejalo entrar, Él se muere de ganas de ser con vos protagonista de tu vida, está en vos dejarlo participar. Llevalo y elegilo todos los días en todo lo que hagas. Llevalo al colegio, a rugby o hockey, al futbol, a la parroquia, a tu grupo de confirmación, a bailar y al preboliche. Llevalo a tu casa, a tus papás y a tus hermanos. A tus amigos/as y a tu novia/o. Viví eligiéndolo. Elegilo como elegís a tus amigos. Como elegís qué ropa ponerte o a qué boliche ir. Claro que es muy fácil decirlo pero hacerlo… eso es otro tema.

Te voy a contar algo que le paso a una amiga mía. Estaba medio perdida, bastante perdida. Era domingo y como todos los domingos fue a Misa. Venía de un fin de semana bastante fulerito y no le daba la cara para entrar a la Iglesia, no quería que Jesús la mirara a los ojos. Tuvo la buenísima suerte de que en la entrada se encontró con una amiga que la hizo sentarse en el segundo banco. A medida que fue avanzando la Misa a mi amiga le dieron ganas de comulgar, y que ganas! Le preguntó a su amiga qué tenía que hacer y esta le contestó que en realidad nadie es digno de recibir a Jesús, que si tantas ganas tenía comulgara. Ella escribe:

“Sin pensarlo mucho comulgué y fue entonces cuando supe que voy a ser felíz siempre. Llorando le pedí perdón a Dios y realmente lo sentí adentro mío consolándome. Jesús me abrazaba y me perdonaba. Me decía que me quería y que iba a estar siempre conmigo. Entonces me dí cuenta que somos felices cuando nos sentimos amados y que Jesús me ama y siempre va a estar conmigo, no importa que tan lejos esté yo. Entonces si ser amada por los hombres nos hace felices, cuanto más felices nos hace ser amados por Dios que va a estar siempre.
Conclusión: Siempre voy a ser felíz porque Dios siempre me va a amar. GRACIAS POR TANTO AMOR!”

Seguro que vos ahora sentís algo muy parecido a lo que sintió mi amiga. Jesús en esta semana santa te miró a los ojos. No te podés quedar de brazos cruzados.

No sé si alguna vez escuchaste hablar del cardenal Van Thuan. Este hombre pasó 13 años en la cárcel, 9 de ellos en régimen de aislamiento. Estando cautivo él escribe: “…Me vienen a la mente muchos pensamientos confusos: tristeza, abandono, cansancio… Pero en mi mente surge claramente una palabra que disipa toda oscuridad, la palabra que Mons. John Walsh, obispo misionero en China, pronunció cuando fue liberado después de doce años de cautiverio: “He pasado la mayor parte de mi vida esperando”. Es una gran verdad: todos los prisioneros, incluido yo mismo, esperan cada minuto su liberación. Pero después decidí: “Yo no esperaré. Voy a vivir el momento presente colmándolo de amor”.

No es una inspiración improvisada, sino una convicción que he madurado durante toda mi vida. Si me paso el tiempo esperando, quizá las cosas que espero nunca lleguen. Lo único que con seguridad me llegará será la muerte…”

Así tenemos que vivir nosotros cada minuto, llenándolo de amor, haciendo que cada segundo valga la pena viviéndolo con Jesús.
La madre Teresa escribió:

“Siempre ten presente que:
La piel se arruga, el pelo se pone blanco, los días se convierten en años… Pero lo importante no cambia.
La fuerza y la convicción no tienen edad.
El espíritu es el plumero de cualquier telaraña.
Detrás de cada línea de llegada hay una partida.
Detrás de cada logro hay otro desafío.
Mientras estés vivo sentite vivo.
Si extrañas lo que haces, volvé a hacerlo; no vivas de fotos amarillas.
Sigue aunque todos esperan que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota; cuando no puedas trotar, camina; cuando no puedas caminar usa bastón… pero nunca, nunca te detengas”.

Hace las cosas porque vos tenés ganas y elegís hacerlas. No porque están de moda o porque tus amigos las hacen. Viví cada día apasionado. Arturo Nogueira, uno de los chicos que se murió en la tragedia de los andes en 1973 más conocida como “Viven!” repetía antes de morir: “Incluso en este lugar, incluso aunque suframos, vale la pena vivir la vida” Que lindo testimonio no? Si él decía eso en el medio de los andes, muerto de frío, viendo morir a sus amigos… cuanto más te lo tenés que repetir vos todos los días… Vale la pena vivir la vida.

Está en vos elegir cómo vivirla. Animate a ser libre, a elegir por vos mismo. No siempre te va a ser fácil. Elegir implica renunciar. Muchas veces vas a tener ganas de elegir el camino fácil, el que sabes que en el fondo no te hace feliz. Fuerza, no bajes los brazos. Cuando lo necesites pedí ayuda a la gente que te quiere y sobretodo a Jesús… “Necesito tu mano porque solo no puedo” Que lindo que es ver que te deslomaste por algo, y que valió la pena. Sabe que te vas a caer y que la decisión que tomes no siempre va a ser la correcta. Pero lo importante no es cuantas veces te caigas sino cuantas te levantes. Somos personas, no somos perfectos. Pero a pesar de nuestra imperfección Dios nos ama y nos pensó a cada uno de nosotros para hacer grandes cosas. Y con grandes cosas no me refiero a unirnos a la cruz roja ni a irnos a misionar a Calcuta con las hermanas de la caridad. Me refiero a hacer grandes las cosas chiquitas de todos los días. Dios tiene algo grande pensado para cada uno de nosotros. Dios confía en vos. Tenés que actuar AHORA. Las cosas no van a pasar por osmosis. No esperes que las oportunidades lleguen a tus pies, salí a buscarlas. Armate de fuerzas. Armate de Jesús. En Pascua Joven recibiste una dosis fuerte de Jesús pero la fe es como una planta, si no la regas se marchita, debilita y corre el riesgo de morir. Sólo con Pascua Joven, no alcanza. Pascua es “paso” a una nueva Vida. A reencontrar a ese Jesús que te invita a vivir una Vida Abundante. Colmando de amor el momento presente.

Por eso te propongo algunas “herramientas” para que tu fe no sólo no se marchite sino que día a día crezca y madure. Primero: no dejes de rezar. La oración es fundamental. Es alimento del alma. Es la mejor manera de encontrarnos con Jesús. Abrí el corazón para escuchar lo que tiene Dios para decirte y por otro lado contale tus cosas. Contale lo que estas viviendo, lo que te va bien y lo que no te va tan bien. Lo que te gusto y lo que no. Las alegrías, las tristezas, las personas que amas y están muy adentro tuyo. Las personas que no te bancas tanto pero que no dejan de ser personas importantes en tu vida. En fin, con sinceridad abrí el corazón y no te guardes nada para hablar con Él. Él te escucha. No lo dudes. Es Padre, es Madre, es Amigo, es Hermano, es Jesús. No va a dejar de escuchar, porque sos lo más importante para Él.

Segundo: Aprovecha los sacramentos. Medios por excelencia para recibir la Gracia, el Amor de Dios que se nos quiere dar. La reconciliación, donde me pongo frente a la Misericordia de Dios y le pido perdón, y me dejo perdonar por Él. Qué bueno es cuando puedo hacer de este sacramento un hábito. Darle cierta frecuencia nos ayuda a ir mirando nuestra vida con los ojos en Jesús. Y por último: La Misa. El momento de encuentro más grande y profundo que podes tener con Jesús. Nos reúne como familia (que es la Iglesia) para hablarnos con su Palabra, y alimentarnos con la eucaristía. Él mismo Dios se me da como alimento. Todo el amor y la fuerza de Dios entra en mí, cuando comulgo. Qué misterio hondo, no? Pero es así. Es el mejor regalo que nos dejó Jesús. Él nos amó tanto pero tanto que se quiso quedar con nosotros para siempre.

Bueno será hasta la pascua del año que viene. Que tengas un muy buen año lleno del amor de Jesús resucitado que TE AMÓ Y SE ENTREGÓ POR VOS…

domingo, 6 de abril de 2008

Sábado a la tarde (2008)

Amigo/a mío/a, de verdad, ¿Cómo la estás pasando?


Bueno, en estos momentos te invito a que hagas tu último desierto durante la Pascua (No te olvides que hay uno para el lunes)


Sincerate con Dios. Animate a hablarle a ÉL, Animate a decirle lo que vos quieras y pedile especialmente que en este momento de desierto se haga presente y que vos puedas vivir y ser parte de esa presencia. Animate a hacerlo, es ahora la posibilidad.


También te voy a invitar a que te detengas en todos los momentos que quieras. Animate a Romper tu esquema. Animate a frenar y a volver a leer y releer algo. Animate a rezar las preguntas y contestarlas de verdad.

No estamos hablando de cualquier cosa, estamos hablando de Dios, tomate tu tiempo:


¿Crees en Dios?

¿Quién es Dios para vos?

¿Cuál es tu vivencia o sentimiento profundo acerca de Dios?

¿Cómo es este Dios en el que creés?


Después de responder esas preguntas imaginate que tenés la posibilidad de tener una charla Cara a Cara con Dios.


¿Tendrías ganas de ir?

¿Cuáles serían los sentimientos previos a la charla?

¿Qué prepararías para esa charla con Dios?

¿Qué sería lo primero que harías cuando lo veas venir?

¿De qué temas le charlarías?

¿Qué preguntas le harías?

¿Qué le pedirías?

¿Qué le agradecerías?


Intenta meditarlo unos ratos en tu corazón…


Y... ¿Descubriste algo nuevo?

¿Pudiste responder las preguntas?

¿Surgió algo sobre lo que nunca te habías preguntado?

¿Conocías a Dios?

¿Lo conoces?

¿Te gustaría conocerlo de verdad?

¿Qué onda?

¿Qué estás pensando?

¿Qué sentís?

.... Medita un rato esta primera parte del desierto!!!


Bueno amigo/a espero que hayas disfrutado este pequeño momento con Dios...

Ahora te invito a VIVIRLO REALMENTE...

Para empezar, la decisión más grande que tomó Dios fue no decidir nada por ninguno de los hombres. Él simplemente nos regaló la vida (que nos la podemos quitar) y nos dio una familia (que podemos abandonar), o sea, somos totalmente LIBRES.


‘‘Pues el amor perfecto va de la mano de la libertad.

Sin amor no hay libertad y sin libertad no hay amor’’


Y este es el momento, es TU momento. Ahora es cuando tenes que elegir VOS y distinguir cuál es el camino que te va a llevar a La Verdadera Felicidad.


Hay un cuento/reflexión de Martín Descalzo que hemos adaptado que nos hace pensar sobre cómo queremos vivir, y puede ayudar… Ahí va…


Era un “loco” santo llamado Agustín quien daba a los jóvenes este consejo que acabo de escribirte como título, donde resumía un mundo entero de experiencias humanas que es el que yo hoy repito a cuantos jóvenes me escriben: Cuiden sus alas, o, como decía literalmente este santo, “nutran, alimenten” sus alas.


Porque, tal vez, lo más triste de este mundo en que vivimos es que hay muchas personas que están viejitas ya, y nunca se dieron cuenta de lo mucho que lucharon sus alas por simplemente salir de sus espaldas, muriendo en el intento, o porque su realidad se las cortó, o porque ellos mismos no se preocuparon ni siquiera de cuidarlas para que crecieran.


Siento la obligación de explicarlo bien claro a todos los jóvenes: es entre los dieciséis y los dieciocho años, tiempo que me gusta llamar “la edad sagrada”, donde todos nosotros tenemos ese don terrible de poder convertirnos en una araña, quien usa su telaraña para atrapar a otros para beneficio propio, o en un ave que, aunque no vuele alto, pueda remontarse sobre sí misma.


Y más importante aun es que, en definitiva, elegir entre uno u otro depende solamente de uno mismo. Aunque no se puede negar que el mundo en que vivimos, nos puede golpear de mil formas una y otra vez quitando nuestros esfuerzos; al final es uno quien decide dar el gran salto o no, quien asume sus alas o las deja enredadas en su propia telaraña.


Claro está que acá hay dos extremos de los cuales es difícil distinguir cuál es el más peligroso. Cuando yo estaba en mi “edad sagrada”, ya hace 40 años, nos contaban lo importante que era luchar por aquellas cosas que uno tiene por sueños. Un poco hippie, nos enseñaron diferentes héroes en quienes podíamos apoyar nuestras metas posibles y necesarias rozando lo ingenuo y lejano. Nos dibujaron un mundo de colores, pero hoy en día confieso que todo eso me enseñó a mirar hacia arriba.


Una crítica que les hago les hago a ellos es que no me enseñaron que en realidad no hay cosas fáciles, la vida me hizo chocar una y otra vez contra la pared y todos esos sueños comenzaron a caerse. En cambio, hoy tengo la impresión de que sucede exactamente lo contrario, lo cual me parece mucho peor. Y me hago unas preguntas ¿Son nuestros maestros o guías quienes no tienen ilusiones (o sueños) suficientes para transmitirlos? o ¿son los jóvenes quienes no quieren luchar por sus sueños?


Vivimos en un mundo donde caminamos sobre barro. Estamos acostumbrados a levantarnos cuando sale el sol y ya empezamos a escuchar cosas no muy alegres. Una radio diciendo que aumentaron nuevamente los seguros, en el colegio nunca falta el momento de criticar algún profesor y cuando salimos a la calle siempre hay alguien que comenta que la juventud de hoy perdió los modales, el respeto, la limpieza y veinticinco cosas más. Y cuando el día ya oscureció y sólo existen vos y tu almohada no me llamaría la atención que te peguntes si hay algo en este mundo que ande bien.


Es una lástima ver a tantos jóvenes, con sus miradas puestas bien en la tierra y cómo nosotros, “los de la edad ya no sagrada”, los bombardeamos diciéndoles que su único futuro es vivir en un guerra de mentira, corrupción y sin amor. Inconscientemente los empujamos a “disfrutar” la vida lo más aturdidamente posible.


Yo prefiero volar. Y si aquella temida guerra de la que se habla llagara, supongo que me encontraría volando alto y bonito, con la conciencia tranquila de que viví todos los sorbos que la vida me dio de tomar. Y no hay duda que si este cambio se logra y esta guerra no llegara nunca, nos encontraremos en un mundo lleno de esperanza, amor y sin telarañas en que enredarnos.


Por eso te digo Che cuida tus alas y tratá de tener varias, si es posible, tres pares, porque de un momento a otro, tu propia realidad te va a cortar algunas y por eso más vale tener algunas de repuesto. No te olvides nunca que es mucho más importante y lindo construir alas de a poco que construir una telaraña que el primer viento la tire abajo. No niego que hay personas que prefieren atar sus zapatillas o sandalias para estar “ajustados”, “atados” a lo terrenal cuando perfectamente podrían volar. Era también San Agustín quien decía “Ama y haz lo que quieras” y no porque sea bueno hacer cualquier cosa, sino porque cuando uno ama en serio, esas cosas que haces son buenas, y mucho mejor que eso, son contagiosas.


Si aprendieran a volar, si todos regaran sus alas, su pasión, sus ganas de ser alguien, de cambiar el mundo y sin problema dijeran: “yo me la juego”; pueden venir ríos de drogas, mares de alcohol que ustedes seguirían creyendo en ustedes mismos y en sus sueños. No es verdad que alguien anda mal porque está metido en las drogas, sino que su vida fue atraída a las drogas porque estaba mal antes, porque su vida era vacía. No se puede llenar un vaso de veneno sin que el vaso esté vacío primero.


Muchos se quejan de que se sienten pisados pero nunca se dieron cuenta que fueron ellos los que eligieron ser una araña. Por eso te vuelvo a decir che cuida tus alas.


Es todo un desafío animarse a vivir así, ¿no? Animarse a cosas grandes, a ser aves, no arañas; dejar que las alas se desplieguen… No es fácil…

Pero.... No estás solo....

Vivimos en el Año 2008 D.C, sí, sí, por supuesto DESPUÉS DE CRISTO!!!

Muchas veces nos olvidamos lo más importante de todo:


Dios se hizo HOMBRE, Dios se hizo HOMBRE

¿Estás leyendo?

¿Te lo creés?... Es la locura más sana y más linda que se puede experimentar:

Dios se hizo hombre, ¿Y quién es Dios? ¿Y quién es Jesús?

¿Una figura Política? ¿Un gran Hablador? ¿Alguien como Ghandi, Osho, Sartre, Marx, Freud, Sócrates? ¿Un profeta? ¿Un curandero? ¿Un gran poeta? ¿Un filósofo?


Marcos 8, 27:

Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados y en el camino les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Ellos le respondieron: «Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas». «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?». Pedro respondió: «Tú eres el Mesías».


¿Y qué hizo Jesús? ¿Para qué vino? ¿A quién le dio una mano?

Sólo basta con leer El Evangelio, prestá atención a cada palabra, si te Animás leela más de una vez y viví realmente con el Corazón lo que significan estas palabras para el mundo:


Juan 14, 5

Tomás le dijo: ¿Cómo vamos a conocer el camino?

Jesús le respondió: 6Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.


Lucas 6 - Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames. Hagan por los demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes. Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los aman.


Jn 15, 12 - Este es mi mandamiento: 12Ámense los unos a los otros, 12como yo los he amado. No hay amor más grande 13que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos 14si hacen lo que yo les mando.

Si el mundo los odia, 18sepan que antes me ha odiado a mí.

Yo soy el buen Pastor11

Yo soy el Pan de vida

Yo soy la verdadera vid

Yo soy la luz del mundo.


¿Tienen sentido estas palabras?

¿Tiene sentido seguir este camino?

¿Vale la pena seguirlo? ¿Vale la pena elegirlo?

¿Tiene sentido jugarse por Él?


Una vez que uno encuentra a Jesús, uno quiere Jesús y más Jesús porque Él es la felicidad misma, es el La Vida Plena. Cuando elegimos a Jesús no es una elección que uno dice: JESÚS TE ELEGÍ y ya está.


Es muy importante ese primer paso pero luego hay que elegir a Jesús a cada instante, a cada minuto y en cada segundo.


Dice el apóstol Santiago: Una Fe sin obras es una Fe muerta.


A Dios hay elegirlo DÍA A DÍA con las palabras pero también con las acciones, cuando le decimos que SÍ a Jesús, le estamos diciendo que SÍ al amor. Al amor entregado en la cruz. Mi vida pasa a ser la cruz en que muchos se van a apoyar.


Como decía San Pablo: Ya no soy Yo sino que es CRISTO quien VIVE EN MÍ!!!


Y La Fe bien definida no es un Sentimiento sino un ASENTIMIENTO. Esa A adelante significa Negación!!! Porque La Fe es mucho más que un sentimiento, es CONFIANZA, ABANDONO Y ENTREGA a que se cumpla la voluntad de Dios en nuestra vida. No se trata de seguirlo a Dios porque hoy ME SIENTO de tal forma, se trata de ELEGIRLO a Dios con el Corazón y más allá de todo, pase lo que pase.


¿Y? ¿Cómo se hace para vivir la voluntad de Dios?


Aceptando que el VIVIÓ, fue real, vino al mundo y murió, MURIÓ un viernes a las 3 de la tarde colgado de una cruz. (El lugar de mayor vergüenza y fracaso. Pero la historia no termina ahí......... La historia empieza HOY. La Misa que viene no es una Misa más, HOY JESÚS REALMENTE SE VA A HACER PRESENTE, HOY JESÚS VA A RESUCITAR EN MEDIO NUESTRO, VA A RESUCITAR en cada parte que esté dispuesta de tu Corazón. Animate Entregate Elegilo.


Antes de terminar, VIVÍ lo que fue el día de ayer, VIVÍ la muerte que se hizo presente, VIVÍ esas cosas que NO TE LLEVAN A LA VIDA PLENA y Tiralas bien LEJOS, lo más lejos que puedas, DESECHALAS fuera de Vos. Y recordá este momento porque cuando venga la oscuridad vas a saber mirar hacia donde esta la luz.


(Animate a leer y releer estas palabras)


JESÚS, EL MESÍAS, NUESTRO DIOS, EL AMOR EN PERSONA

EL QUE MURIÓ HUMILLADO POR VOS, POR TODOS.

HOY VA A RESUCITAR

¿Vas a dejar a JESÚS Resucitar en tu vida?

Busca la Reconciliación, Busca la Eucaristía

Nadie más que Vos puede Elegir

Es TU oportunidad

¿La Primer Misa de tu vida?…Puede ser... ¿La Última?... No lo sabemos!!

ANIMATE Y DEJALO A JESÚS RESUCITAR EN TU VIDA


“Jesús le dijo a Marta: «Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá: y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás.” Jn 11, 25-26

sábado, 5 de abril de 2008

Sábado a la mañana (2008)

¡Buen día! ¿Cómo estás viviendo la Pascua Joven? ¿Muchas emociones, no? Anoche acompañaste a Jesús en su pasión, en su sepulcro… Hoy acabas de escuchar un testimonio…quizás te quedaste pensando en alguna frase de las que dijo el charlista…


Sé que estás viviendo días intensos, de muchas emociones…quizás en tu cabeza hay mil cosas dando vuelta a mil por segundo…tranquilo! A todos nos pasa…y ¡Qué bueno que pase, ¿no?! Asique te voy a invitar ahora a que vivamos otro momento intenso, pero tranquilo…vamos a pensar en algunas cosas interesantes, que quizás te sirvan mucho!


¿Estás listo? ¿Está tu cuerpo relajado?¿Estás acá?...buenísimo, entonces empecemos!!


Después de que murió Jesús, los discípulos estaban devastados, muy, muy tristes…caminaban hacia Emaús con paso lento, sin ánimo…se había muerto su amigo, su maestro…lo habían matado injustamente y de la forma más cruel…Y ellos seguían vivos, pero se sentían sin vida…Quizás les pasaba como a nosotros, cuando nuestros proyectos se arruinan o no se dan; que cuando eso que nos hace sentir vivo ya no está, nuestro cuerpo se vuelve muy pesado, nos cuesta levantarnos de la cama y los días se hacen eternos…


¿Alguna vez te pasó algo así? ¿Alguna vez deseaste mucho algo que no se dio? ¿O tenías toda tu energía puesta en algo y al ver que eso no iba bien o no llegaba nunca, te desanimaste? ¿O quizás había algo en tu vida que te hacía sentir vivo y ese algo un día dejó de estar?


Pensá y describí algún momento en tu vida en el que te haya pasado algo así… (Es importante que sea algo que ya pasó, que ya no te duele tanto como antes y hasta quizás ya pudiste superar)


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¿Te acordás como te sentías? Tratá de volver a esa situación, de recordar tus sentimientos…Cerrá los ojos, pensá bien y tratá de describir cada uno de esos sentimientos…


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¿Duros momentos, no?


Todos pasamos alguna vez por situaciones así, y es muy difícil sobrellevarlas… Se hace tan difícil porque en esos momentos, cuando todo se vuelve oscuro, es porque algo se perdió. Una gran parte de la fuerza que nos mueve se detuvo…dejamos de esperar, perdemos la esperanza.


Dejamos de creer en que se puede salir adelante, o en que vamos a poder sobrellevar esta situación. Dejamos de creer que lo queremos es posible o que vale la pena esperar lo que vendrá. Y hay pocas cosas tan duras y dolorosas como perder la esperanza…porque te tira para abajo, te hace caer…te desalienta, te lastima…


Esto es lo que les pasó a los discípulos después de que murió Jesús. Perdieron la esperanza. Dejaron de confiar…y por eso vivían esos días de muerte de esa forma…porque sumergidos en su dolor, no recordaron las palabras de Jesús, y por eso no pudieron confiar. No creyeron en lo que Su amigo les había prometido, no podían aceptar su realidad, esto no podía ser!!! Y entonces se sentían angustiados, vacíos, solos…


Te invito ahora a que vuelvas a acordarte de aquella situación que pensaste antes…que te sitúes en aquel momento y en aquellos sentimientos……………………………………………………………


Seguramente, durante ese tiempo de dolor, incertidumbre y espera, pasaste por un montón de sentimientos: en los días buenos estabas más animado….en los días duros y tristes, casi al punto de la desesperación…


¿Crees que en esos momentos difíciles habías perdido la esperanza, o que estabas a punto de perderla? (Tomate unos minutitos para pensar)


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Hoy, probablemente, esa ya no sea una situación que te duela como en ese entonces, y esto seguramente se deba a que pudiste salir adelante, a que pudiste sobrellevar ese momento…


¿Alguna vez te preguntaste que fue lo que te hizo salir adelante? ¿Podés identificar qué fue lo que te mantuvo vivo? Quizás fue una palabra, una sonrisa, el apoyo de un amigo…


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Si lograste eso fue en gran parte porque tuviste esperanza!! ¡Sí! Porque confiaste en que las cosas podían mejorar, en que iba a haber alivio para tu dolor…

Ahora sigamos adelante….


Hay algo importante para tener en cuenta, y es que uno tiene la capacidad de ser esperanzado. Vos y yo somos capaces de tener esperanza…


Pero para poder mantener viva la esperanza es importante que aquello por lo que esperamos valga la pena, tenga sentido.


Tenemos que creer que lo que deseamos es verdadero, que es posible, y que nos puede hacer más felices.

Te invito ahora a que pienses de nuevo en ese momento de tu vida que recién recordabas, y a que te preguntes las razones, los motivos más profundos de tu espera…¿Por qué esperaste?


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Sólo podemos tener esperanza y ser optimistas si lo que deseamos es algo bueno para nosotros, es algo que nos da VIDA. Sí, para poder mantener viva la esperanza es importante que aquello por lo que esperamos valga la pena.


Y por eso ahora yo te pregunto…

¿Qué cosas deseas para tu vida? -Es importante que te conectes con tus verdaderos deseos, aquellos que no pasan, sino que perduran… Si te sirve imagina tu vida de acá a 10 años…¿Cómo te gustaría que fuera tu vida? ¿Qué cosas querés que pasen? ¿Qué pensás que te haría feliz?


Te propongo que escribas todos tus deseos, tus sueños…si te sirve hace una lista o simplemente escribilos como te salga…

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¿Listo? Ahora, de todos los deseos que escribiste, seleccioná solo algunos de ellos, los que te parezcan más importantes o los que creas que serían esenciales para que seas feliz…


¡Muy bien! …ahora me animo a decir que estos que elegiste son algunos de tus deseos más profundos, tus verdaderos deseos…y más aún…me animo también a pensar que son deseos por los que no te desesperanzarías tan fácilmente. Deseos por los que no bajarías los brazos tan rápido si no se dieran en el momento o de la forma en que vos querrías. Son deseos que te hacen tener y mantener la esperanza…


Bueno, ya hiciste un muy lindo ejercicio!!!


Ahora, ya llegando al final de este desierto, te voy a hacer una propuesta!

Te propongo que tengas un rato de oración.


Sé que te puede dar fiaca, pero tal vez tengas pocas ocasiones en las que puedas tomarte un rato para compartir algunas cosas con Dios, sin nadie alrededor, solos vos y Dios. Asique tomate estos minutos que te quedan para hacer una breve pero simple oración:


Pedíle a Jesús que te ayude a alcanzar todos tus deseos profundos. Pensá uno a uno en ellos. De a poco, en cada uno… volvé a pensar y decíle a Jesús que los lleve a buen puerto….. Confiá porque en lo profundo del corazón es donde Jesús nos escucha, nos entiende, nos abraza!!!


Y ahora sí, como gesto final, pedíle que te abrace fuerte. Es más, si te ayuda, reza con tu cuerpo. Ponete en alguna posición que te haga a sentir pequeño para recibir un abrazo. Pedíle que abrace tu espera, tu dolor, tus esperanzas, tus deseos más profundos.


Intentá sentir el profundo abrazo de un Dios que es todo amor…


Ayer acompañaste a Jesús en su pasión, y estuviste con Él hasta el último momento…Hoy Jesús esta en el sepulcro, lo dejamos anoche…. pero podemos ser como los discípulos y perder la esperanza; o su ausencia puede despertar en nosotros el deseo y la búsqueda. Su ausencia puede integrar todos nuestros sentimientos: temores, desconciertos, alegrías, llantos, para hacernos mirarlo solo a Él.

Esto no puede terminar así, en sepulcro…Nos espera algo más...

Vos podes elegir vivir la Pascua con esperanza…

viernes, 4 de abril de 2008

Viernes a la tarde (2008)

Hola nuevamente, volvemos a encontrarnos. Si todavía no lo hiciste te aconsejo que tomes este cancionero, algo para escribir y te vayas a ese lugar especial que elegiste para poder encontrarte con Jesús... en algún lugar desierto, sin distracciones. Hagamos la señal de la Cruz y recemos la oración que más te guste para ponernos en presencia de Dios. ¿Estás listo? Sigamos entonces.


Acabamos de revivir en la celebración litúrgica la muerte de Jesús. Acabamos de verlo clavado en la cruz y fuimos a besar sus heridas como signo de amor al que -por amor a nosotros- entregó la vida. También fue un gesto de entrega el que nosotros hicimos, llevando nuestros dolores, nuestras tormentas al mismo Jesús que sabe qué hacer con ellas.


Hoy a la mañana pudiste ver cuáles son esas tormentas que azotan tu barca y estoy seguro que anotaste una lista en tu cuaderno o por lo menos en tu cabeza. ¿Te acordás las cosas que anotaste? Te invito a que las releas para tenerlas frescas durante este ratito de oración. Si no las anotaste podes hacerlo ahora antes de seguir adelante, te va?


Podría estar seguro que anotaste varias cosas distintas, desde las que más te duelen hasta las que simplemente te incomodan, veo que escribiste cosas tuyas que te causan dolor pero también te diste cuenta que hay cosas de otras personas que son tormentas en TU vida, cosas que te golpean y descolocan de una u otra manera. Cosas como la separación de tus viejos, como ver a tus amigos hundidos en el alcohol, el porro u otras drogas, cosas como la crueldad de tus compañeros del colegio que toman de punto a uno y se la hacen MUY difícil, o que te toman de punto a vos y te la hacen difícil. A lo mejor escribiste que en tu familia abunda toda clase de cosas menos el amor y el buen trato, o que tenés un hermano o hermana con quien te vivís peleando, o hasta te diste cuenta que en tu grupo de amigos no existe el respeto o la libertad de ideas…. o probablemente otras tormentas que azotan la barca de tu vida, ¿no?.


Éstas son las cosas que quiero que profundicemos en este rato.


Todas estas dificultades y tormentas existen, es verdad, forman parte de tu vida. Pero Jesús no quiere que te hundas, que te ahogues en medio de ellas, sino que como Pedro reconozcamos que solos no podemos seguir caminando en medio de estas tormentas; tenemos que animarnos a gritar nosotros también: “¡Señor, sálvame!”. ¿En qué situaciones te parece que te estás hundiendo solo, o que otros, o la realidad te ahoga?


A veces creemos que nos tenemos que arreglar solos. Animate a extender tu mano y pedirle a Jesús que te sostenga. Él lo va a hacer. Jesús, en su vida pasó varios momentos similares en su vida. Anoche, lo recordábamos y lo acompañabamos en su oración en Getsemaní. Jesús mismo sentía el peso del mal que lo iba rodeando y pesándole en la vida; tal vez creía que de esa no salía… Pero viendo cómo Él vivió, entonces nosotros aprendemos cómo vivir en medio de las tormentas y dificultades; y unidos a Él, sostenidos por Él, seguimos adelante, a veces, incluso, caminando sobre el agua, porque sostenemos la mirada en Jesús. Él es el que calma nuestras tormentas, nos ayuda a atravesarlas.


En este viernes santo celebramos el amor infinito de Jesús por nosotros. Él eligió estar en el “lugar” al que nosotros y todos los hombres le queremos escapar. Nosotros no podemos elegir desaparecer cuando hay alguna situación de dolor o sufrimiento en nuestra vida, ninguno elige o busca pasar momentos que nos hagan sufrir. A veces intentamos, inútilmente, evadirnos, hacer como que está todo bien, que nada nos duele, pero sabemos en el fondo del corazón que no es verdad; algunos incluso tratan de olvidarse de todo por medio del alcohol o la droga… Cuando no reconocemos nuestros dolores lo único que hacemos es hundirnos más, nos deshumanizamos, nos estancamos en la vida y no podemos avanzar, las cosas son cada vez más difíciles.


Podemos decir que Jesús eligió asumir todas las consecuencias de ser hombre, también la realidad del dolor, Él enfrentó varias tormentas, para mostrarnos que vividas desde Dios, sostenidos por su mano, se pueden atravesar y que misteriosamente al colmarlas de amor, todas las situaciones pueden ser ocasión para crecer, y para dar vida a otros.


Días como el de hoy en los que tenemos el dolor y los sentimientos a flor de piel son los momentos justos para hondar en estas heridas y descubrir qué cosas o, mejor dicho, quiénes son las personas que forman parte de mis tormentas. Volvé a tomar tu cuaderno y escribí una nueva lista con estas personas, sólo sus nombres, escribí los nombres de todos, ahora no tenés que escribir tus tormentas, sólo hacé una lista de las personas que forman parte de tus tormentas.


¿Terminaste?

Son muchas ¿no?

Te dejo un rato más para que entres bien a tu corazón y descubras quiénes son las personas te hacen o alguna vez te han hecho doler.


Ahora bien, ¿quiénes son? ¿qué tienen en común todos estos nombres? Te lo voy a decir, es simple: Estas personas son VÍNCULOS tuyos, son las personas que forman parte de tu vida, las que te importan, las que querés mucho o no tanto, a tu manera, pero para vos son importantes, y es por eso que sus acciones te afectan, porque forman parte de los aspectos más humanos de tu vida, son aquellas con las cuales en el camino de la vida me vinculo sí o sí.


El hombre es un ser sociable, no puede vivir solo y es por eso que se junta en comunidades, desde la más pequeña e importante como es la familia, mi familia, tu familia hasta las grandes comunidades que son las naciones. Tus vínculos son tu comunidad más cercana, tu familia, tus amigos, tu novio/a, compañeros, profesores, vecinos, etc. y como vos sos un ser sociable, o sea que NECESITA de los demás, sus acciones te afectan y mucho. Y por supuesto que NADIE es perfecto, tus amigos no son perfectos, tus viejos menos, tus profesores tampoco, tus hermanos ni cerca y es por eso que te hacen doler. Y porque no son perfectos es que, a veces, ellos mismos son tus peores tormentas, porque cuanto más los queres, más te entregas; y cuanto más te entregas más expuesto quedas, y cuanto más expuesto estás, con menos “escudos protectores” que te defiendan entonces más te duelen sus acciones.


“Ah, entonces la solución es dejar de amarlos, así dejaría de dolerme”: este sería el razonamiento más ilógico e inútil que podrías hacer en este momento.


Después de lo que vivimos hoy nos damos cuenta que la solución está en hacer todo lo contrario; como lo que hizo Jesús. A Él, sus propios amigos, las personas que más quería, lo traicionaron, lo negaron, lo entregaron. Pero Él nunca dejó de amarlos, de hecho los amó aún más, en ese momento de su vida amó hasta el extremo y dio su Vida por ellos.


En esos momentos cuando nos sentimos lastimados por nuestros propios vínculos lo mejor que podemos hacer es entregarles nuestro amor. Por eso te invito a que sigamos el ejemplo de Jesús y que cada vez que nos sintamos lastimados por nuestros vínculos, nos cubramos del amor de Jesús y perdonemos las 70 veces 7 que Él nos pide, dejando entrar el amor sanador de Dios en nuestras vidas y sobretodo con aquellos que son nuestros vínculos más cercanos.


Para ir terminando te voy a dejar un último consejo: NO guardes tus dolores y tormentas para vos solo. En tiempo de tormenta hay que confiar que Dios no nos abandona, nunca. Entonces lo mejor que se puede hacer es entregarlas a Dios, confiárselas a Él, y para que empiecen a calmarse las tormentas es bueno hablarlo con esas personas que a lo mejor han sido quienes las provocaron.


Al contemplar en estos días todo el amor de Jesús entregado por nosotros, tenemos la certeza de que no todo está perdido, que hasta la realidad más difícil y sin salida desde Jesús, puede ser transformada, no mágicamente sino con paciencia y pidiéndole confiados a Él que nos enseñe.


Si estás peleado con tus padres o hermanos no hay mejor solución que hablarlo con ellos y decirles lo que te pasa, lo que te duele, cómo te están lastimando. Te aseguro que no lo hacen de malas personas, es sólo que las relaciones humanas son así y a veces herimos sin quererlo y sin darnos cuenta y la única manera de que eso no pase es hablándolo, conversando, compartiendo con mansedumbre lo que estás viviendo. Esos vínculos, quizás las personas más importantes de tu vida merecen que les compartas lo bueno y lo malo que te pasa, sobretodo cuando ellos tienen algo que ver con eso.


Que tengas una buena tarde. Nos estamos encontrando, aDios.

jueves, 3 de abril de 2008

Viernes a la mañana (2008)

¿Hola, que tal? Espero que la estés pasando bien en esta Pascua numero 20. Bueno vamos a hacer el desierto. Creo que algo te estuvieron explicando, andate a un lugar tranquilo en el que puedas estar solo y sin nadie que te distraiga. Siempre esta bueno empezar con una oración, hace la señal de la cruz y pedile a Dios que te ayude a concentrarte, que te ilumine para que puedas aprovechar este rato y sumergirte en las profundidades de tu corazón para encontrarte con El. No tengas miedo a lo que puedas llegar encontrar y tomate tu tiempo.


¿Ya esta? Bueno empecemos entonces. Ayer estuvieron haciendo con tu grupo una barca, la barca de la vida. Esta barca de la vida de cada uno va navegando, a veces con viento a favor y las velas bien hinchadas ahí es cuando las cosas nos salen bien, pero no siempre tenemos el viento a favor y nuestra barca navega bien. Otras veces esta parada por que no hay viento y nuestra vida se queda estancada, flotando a la deriva. También hay veces en las que nuestra barca tiene que afrontar terribles tormentas y temporales que la sacuden y nos asustan.


Pensa un poco para adentro cuales son las tormentas que golpean la barca de tu vida, esas cosas que no te dejan ser del todo feliz, que te molestan, que te hacen alejarte de Jesús. Pensá en todos los aspectos de tu vida, el cole, los amigos/as, la noche, la diversión, la relación con el sexo opuesto, el estudio, la tu relación con Jesús, etc. Fijate en cual de ellos encontras las cosas que te hacen sufrir más y son las tormentas de las que hablábamos. Pueden ser momentos o situaciones en los que sentís que estas a punto de hundirte. Escribilas, hace una lista de todas y cada una de ellas, puede ser algo relacionado con tu aspecto físico, con tu forma de ser, con la muerte de un ser querido, con tus defectos o errores, una pelea con un amigo/a, con tu familia, algún pecado o inseguridad o algún miedo por ejemplo. En fin todas esas cosas que golpean a tu vida y te hacen todo mas difícil. Relee un poco la lista y pensa cual es tu actitud ante las tormentas de tu vida. ¿Te la pasas lamentándote pensando que todo lo malo que pasa en este mundo te pasa a vos? ¿Le echas la culpa a los demás de todo? ¿O intentas aceptar lo que Dios pone en tu camino y superar estas tormentas? Tomate unos minutos para reflexionar sobre cada una de ellas, sobre como te afectan y como te las tomas. ¿Intentas esconder todas estas cosas, que por ahí no son las mas lindas, atrás de una capa de alcohol, del esta “todo bien”, llenándote de cosas y cosas para así no pensar en todo esto que a veces duele? ¿Ya aceptaste que sos de una determinada forma y que nada ni nadie te va a cambiar? ¿O te aceptas estas cosas pero sabes que se pueden superar y solo hace falta perseverar e ir para adelante aun cuando duela y no entiendas?


Bueno una vez que tengas bien escritas todas estas tormentas de tu vida (tomate tu tiempo, repasalas, fijate si te estas olvidando de algo) elegí dos de esas tormentas que para vos son las que mas te cuestan superar, las que más te hacen sufrir. Escribilas en los papelitos grises que te dieron los servidores para ofrecérselas a Jesús.


Hace un rato hicimos una dinámica que no hizo ver que muchas de estas tormentas están presentes en todas nuestras vidas, no es que solo a vos te pasa. Eso te demuestra que no estas solo en este camino somos muchos muchísimos y es ahí donde también tenés que saber pedir ayuda para cargar tu cruz…A pesar de que quizás parezca que a simple vista tengamos diferencias y prejuicios con los otros y no nos llevemos bien, en el fondo somos todos hermanos por que somos Hijos de un mismo Padre que nos creo y nos AMA a cada uno de nosotros. Es por esto que tenemos que ayudarnos y amarnos entre nosotros.


Hay que aprender a aceptar estas tormentas que Dios pone en nuestro camino de la mejor manera….ya se estas pensando que fácil que resulta leerlo o decirlo pero lo mucho que te cuesta en tu vida. Te tengo una noticia, seguirlo a Jesús no es fácil el camino de la cruz no es en bajada, es en subida y cargándola! Pero tranquilo! Por que no estamos solos en este camino tenemos la ayuda de alguien que ya lo recorrió que nos conoce y esta dispuesto a ayudarnos, solo hace falta que se lo pidamos de corazón. Hay que saber que el camino del cristiano esta lleno de tormentas y sufrimiento, que muchas veces no vamos a entender y nos vamos a enojar pero no hay que perder la confianza en Jesús en que El esta siempre a nuestro lado aunque a veces no lo veamos o sintamos que se fue. Por eso a no desesperar! Va a haber tormentas y momentos en los que sintamos que el mundo se cae encima, que no entendemos nada y en los que vamos a caer en la tentación y a equivocarnos. De eso se trata también no pienses que so lo querés seguir a Jesús tenés que ser perfecto y hacer TODO bien, no se trata de eso! Se trata de animarte a cargar con tu cruz, aceptarla e ir tras El que nos dijo El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga.”(Mt 16-24) ¡No pienses que no te vas a equivocar o que nunca vas a caer! Somos humanos y por lo tanto débiles, nos equivocamos, caemos, pecamos una y mil veces esto es así. Pero a no desesperar siempre nos podemos levantar, podemos volver a Jesús, arrepentirnos y seguir adelante, “Caerse esta permitido, pero levantarse es obligatorio”. Para enfrentar este camino de ser cristiano en el mundo de hoy para levantarse cada vez que caigamos no estamos solos, tenemos a Jesús que camina al lado nuestro, que nos acompaña y nos guía. El esta siempre lo único que hace falta es que nosotros nos acordemos de esto y le pidamos ayuda. La mejor forma de hablar con Jesús, de pedirle ayuda o de agradecerle es mediante la oración. Así de simple rezándole, hablándole, contándole nuestra vida, nuestras angustias, lo que nos pasa de la forma que nos sea mas fácil, con una oración armada o por ahí en un dialogo mas mano a mano. Lo único que importa es que sea sincera, de corazón a corazón El mismo nos dijo: “Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá” (Mt 7-12). Es por eso que hay que animarse a buscarlo a Jesús a golpear a su puerta a pedirle que nos ayude a cargar con nuestra cruz de cada día.


Por eso una vez que identificaste bien tus tormentas, que hiciste tu lista y elegiste las dos que mas te cuesta superar es hora de cómo nos dijo El, de que cargues tu cruz y lo sigas. Animate! No es el camino más fácil ni el más rápido, ni el más divertido pero es el camino que te va a llevar a la verdadera felicidad, a una vida plena a VIVIR de verdad. Por eso animate a seguirlo, a superar tus miedos e inseguridades a confiar en El que te conoce por que te creo que te ama tal como sos y que pase lo que pase va a estar esperándote con los brazos abiertos para recibirte como el Padre Bueno que es. Por todo esto animate a enfrentar estas tormentas que sacuden tu barca, a pedirle ayuda a Dios y a los demás para superarlas y así poder marchar tras de El con tu cruz. Solo eso. Animate.